Besancon, 18 de julio. El triunfo del ruso Serguei Ivanov en la decimocuarta etapa del Tour de Francia se vio ensombrecido por la muerte de una espectadora, quien fue atropellada por una motocicleta que acompañaba la prueba.

El estadunidense George Hincapie se quedó a sólo cinco segundos del suéter amarillo, que en víspera de la llegada mañana a los Alpes seguirá una jornada más en poder del italiano Rinaldo Nocentini.

Los resultados deportivos, sin embargo, quedaron hoy relegados a segundo plano.

Un policía que acompañaba la carrera en su motocicleta atropelló a una mujer de 61 años que cruzaba la carretera, a los 38 kilómetros de iniciada la etapa, en el pueblo de Wittelsheim.

La espectadora murió como consecuencia del choque. El piloto de la Guardia Republicana, quien se cayó de la moto, hirió también a otras dos personas en el accidente, una madre y el niño que llevaba en brazos, pero todos tuvieron sólo lesiones leves, informó la policía.

En Besançon, tras 199 kilómetros desde Colmar, Ivanov vivió la otra cara de la moneda. El corredor de 34 años, quien ya ganó este año la Amstel Gold Race, se despegó de un grupo en fuga cuando faltaban 10.5 kilómetros y defendió con potencia su ventaja hacia la meta.

Un día antes de la etapa reina en los Alpes suizos, la clasificación general sufrió un ligero cambio. Nocentini defendió su suéter amarillo, pero Hincapie, que acompañó en el equipo a Lance Armstrong en sus siete triunfos en el Tour, se coló en la segunda posición, a cinco segundos del líder. Tras él se ubicaron los dos grandes capitanes de Astana, el español Alberto Contador, a seis segundos de la cabeza, y Armstrong, a ocho.

Con los favoritos pensando en los Alpes, el grupo de escapados llegó a tener a 50 kilómetros de la meta una ventaja de 8 minutos y medio respecto del pelotón, lo que suponía el liderato virtual de Hincapie. Pero el equipo del líder de 31 años, el AG2R, aceleró el ritmo del grupo, cuidando a Nocentini, para impedir que Hincapie se vistiera de amarillo por segunda vez en su carrera.

El español Óscar Freire y el neozelandés Julian Dean arrancaron desde Colmar pese al misterioso ataque que sufrieron el viernes con una arma de aire comprimido.