Ex internos de reclusorios de la ciudad de México, en colusión con otros presos, utilizan una cooperativa legalmente constituida para extorsionar a familiares de reos con la amenaza de golpear o hasta matar a los detenidos por eventuales deudas en compra de drogas o para pagar protección, denunciaron víctimas y organizaciones civiles defensoras de derechos humanos de personas privadas de su libertad.

Se trata de la denominada Cooperativa de Internos, ex Internos y Familiar de los Centros de Reclusión del Distrito Federal, la cual funciona desde 2005 y se encuentra inscrita en el Registro Público de la Propiedad y Comercio de la ciudad de México, con el folio mercantil 326521.

La madre de un preso del Reclusorio Norte, quien pidió el anonimato, relató que desde hace más de un año ha sido extorsionada por personas que dicen ser internos y le exigen depositar determinadas sumas en la cuenta 4028711505, del banco HSBC –la cual está a nombre de la referida cooperativa–, a cambio de respetar la integridad física de su hijo.

Esta organización también funciona como agencia de envío de dinero, ya que por medio de ella se hacen depósitos de dinero que es entregado en los reclusorios a los reos, menos 10 por ciento de la cantidad depositada, que es la ganancia de la organización.

Registrada como Sociedad Cooperativa de Responsabilidad Limitada de Capital Variable, constituida legalmente según la póliza número 7353, fechada el 2 de diciembre de 2004 ante el corredor público local 38, Carlos Arturo Matsui Santana, tiene como objeto social ser una agrupación de personas con intereses comunes y trabajo propio, para satisfacer sus necesidades individuales y colectivas en la realización de actividades económicas de consumo de bienes y servicios.

Fundada por cinco socios, cada uno de los cuales aportó un peso para conformar un capital social de cinco pesos, el consejo de administración está integrado por Carlos Ramírez Domínguez, presidente; Juan Carlos Márquez Noxpanco, secretario, y Luis Sandoval Ramírez, tesorero.

El creador de la cooperativa, Carlos Ramírez Domínguez, estuvo preso en dos ocasiones, la primera por fraude genérico, por lo que fue internado en el Reclusorio Norte. Al salir de la cárcel abrió la citada cuenta bancaria con el propósito de allegar recursos económicos a los reos, lo cual le costó una denuncia por extorsión, delito por el que fue encarcelado de nueva cuenta durante cuatro años, explicó Sabás Cruz Soto, presidente del centro Heberto Castillo Pro Defensa de los Derechos Humanos de Presos, Presas y Familiares.

Asociación para delinquir

Tras su segunda estancia en prisión, agregó, decidió fundar la cooperativa –cuyo funcionamiento conocen las autoridades penitenciarias–, supuestamente con el propósito de introducir materiales para artesanías y alimentos para su venta en los penales, pero en realidad, afirmó, se trata de una asociación para delinquir

De acuerdo con víctimas de esta cooperativa y activistas, este sistema opera en los reclusorios preventivos Oriente y Norte: Nos hablan y después de amenazarnos nos dan un número de cuenta y un plazo para hacer el depósito. Luego, nos vuelven a llamar para que les demos la fecha del depósito y el número consecutivo, es decir, la hora, minuto y segundo que se registra en el comprobante de la operación, con el que confirman por medio de Internet, y desde el mismo penal, que efectivamente se realizó el pago.

Esta forma de extorsión se suma a las que ya existen desde hace años, en las que los familiares de reos son obligados a depositar diversas sumas en cuentas de instituciones crediticias –como Banco Azteca–, las cuáles están a nombre de particulares.