Para el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Emilio Álvarez Icaza, no es oneroso el desembolso de 190 millones de pesos en la remodelación de su nuevo edificio sede –cuya sola adquisición costó 83.1 millones de pesos–, toda vez que el organismo ya no gastará dineros públicos en rentas, vamos a atender de manera digna a las víctimas; además de que se contribuye a la recuperación del capital cultural de la ciudad, pues se trata de un edificio catalogado con valor histórico por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

Al señalar que la compra y remozamiento del inmueble fueron aprobados por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), el ombudsman capitalino dijo que las razones por las cuales se decidió adquirir el edificio de 1.3 hectáreas, ubicado en avenida Universidad 1449, en la colonia Florida, delegación Álvaro Obregón, fue la facilidad de acceso al mismo, pues se encuentra a 50 pasos del Metro (estación Viveros-Derechos Humanos) y está en una vía primaria.

Cuestionado sobre el costo del nuevo edificio, visiblemente molesto, el presidente de la CDHDF respondió: “mire, el tanto dinero es muy relativo –273 millones de pesos en la compra y remodelación del inmueble–. Cuando usted pueda conocer las instalaciones, con mucho gusto lo platicaremos, está justamente programada una visita; lamentablemente el arquitecto, que por ley tenía que hacer esto, no está en México, que es el arquitecto Ricardo Legorreta; (...) inclusive por esta razón la comisión compró el edificio 10 millones de pesos por debajo del precio del catastro, y eso ha sido absolutamente transparente”.

Explicó que desde la administración de Andrés Manuel López Obrador al frente del gobierno de la ciudad, se solicitó la donación de un edificio para albergar las oficinas de la CDHDF para no seguir pagando rentas, por cuyo concepto el organismo ha erogado más de 120 millones de pesos.

Según Álvarez Icaza entre los inmuebles que la comisión solicitó para mudarse estaban el que se ubica en el número 26 de avenida de la Paz, donde actualmente se encuentra la Secretaría de Cultura capitalina; uno en la calle de Gante, en el Centro Histórico e incluso, dijo, se pidió un edificio en la Plaza Juárez (donde se localizan parte de las instalaciones del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal)”, sin que se les cediera ningún inmueble.

Reconoció que el costo de remozamiento se elevó debido a que es un inmueble catalogado por el INBA, por lo que la ley marca que dichos trabajos deben mantener el estilo arquitectónico original con el que se construyó el edificio, además de que todas las instalaciones tienen facilidades para personas con discapacidad, como rampas y baños.

En la sesión ordinaria del Consejo de la CDHDF, realizada el pasado 22 de enero, se aprobó aumentar el presupuesto de 130 millones de pesos a 190 millones destinados a la remodelación del inmueble, luego de un análisis al proyecto arquitectónico, a los catálogos de conceptos y a los costos que implican estos trabajos.

Emilio Álvarez Icaza aseguró que el proceso de compra y remodelación de su nueva sede ha sido abierto y transparente, ya que la información al respecto se encuentra en la página de Internet de la comisión desde hace dos años; es un proyecto que lleva ocho años, que se pidieron recursos, específicamente a la Asamblea todos los años.