Con buena exhibición y mentalidad ganadora, el Tri dejó atrás una década de frustración
El técnico Javier Aguirre cuenta con cuadro pulido y saludable dosis de confianza para el duelo crucial del 12 de agosto
Los juveniles respondieron al Vasco
Giovani dos Santos, el mejor del certamen
Lunes 27 de julio de 2009, p. 2
East rutherford, 26 de julio. Con una buena exhibición, como hace mucho no se veía, México humilló 5-0 a Estados Unidos y dejó atrás una década de frustración tras adjudicarse la Copa Oro. Asimismo, rumbo a la cita del 12 de agosto, el técnico Javier Aguirre cuenta con un cuadro base pulido y una saludable dosis de confianza.
Hoy la mentalidad ganadora fue tricolor ante un irreconocible cuadro de las barras y las estrellas que se desfondó en el segundo tiempo; y aunque el título era menos codiciado, porque no da pase a ningún certamen intercontinental, resultó fundamental en el aspecto anímico y, sobre todo, por el rescate de jugadores juveniles que en la época reciente sólo habían sembrado dudas.
Tras los minutos iniciales de mutuo estudio, Alberto Medina comenzó a resquebrajar la línea defensiva de Estados Unidos. Sin embargo, el atacante de Chivas se mantuvo en la tesitura correcta de desbordar, para enseguida perderse, ahogarse y morir sin hacer daño. Al 30 de acción Miguel Sabah hizo un remate desviado que pareció despertar al rival, pues los anfitriones se animaron a ir al frente.
Los estadunidenses adelantaron líneas e hicieron tres llegadas importantes. La primera (33) fue un desborde por la izquierda, luego un disparo de Robbie Rogers muy desviado, y finalmente otro remate de Kyle Beckerman. Eso fue todo de parte del rival.
Al 44 Giovani dos Santos, quien había soportado encimosa marca, dio gran servicio al Venado Medina, quien no supo que hacer cuando pisó el área chica y de nuevo resultó intrascendente.
Un minuto más tarde Jonny Magallón dio pase al Gío, quien volvió a centrar para Medina y éste cruzó de más su disparo.
En el complemento, el seleccionador Aguirre, ya en el banquillo tras haber sido castigado con tres juegos de suspensión, ingresó a Carlos Vela, en lugar del opaco Medina. El cambio fue notable. Vela alternó llegadas con Dos Santos y entre los dos desquiciaron la zaga local hasta que Jay Heaps le cometió penal a este último, el cual marcó el silbante jamaiquino Courtney Campbell.
Gerardo Torrado fue al cobro con paso firme y al minuto 56 lo concretó con un tiro potente para hacer explotar a la afición seguidora del Tri, muy ruidosa y alegre en el graderío del estadio de los Gigantes.
Luego de algunas opciones desperdiciadas por Israel Castro, Sabah y Vela, volvió a aparecer la figura de Gío, quien fue distinguido como el mejor jugador del certamen.
El portero Troy Perkins rechazó un remate a Vela y posterior contrarremate de Sabah, pero allí apareció Dos Santos para concretar el segundo tanto.
El timonel Bob Bradley hizo un par de cambios, pero México estaba agigantado, concentrado e inspirado y se dispuso a redondear la faena con el 3-0 por conducto de Vela a pase de Gío, tras recuperación, con todo y codazo, de Torrado.
El plantel de Estados Unidos ya no corría, estaba fundido y el Vasco no quiso dejar fuera de la fiesta a Guillermo Franco, quien entró en lugar de un Sabah que, pese a haberse ido hoy en blanco, se alzó como máximo romperredes del torneo. Todavía el silbante perdonó un claro penal de Rogers sobre Gío al minuto 72.
El Gringo Castro se dio el lujo de robar cámara con el cuarto tanto. La zaga local ni siquiera corrió ante el servicio de Vela hacia José Antonio, quien midió bien la salida de Perkins y definió con remate cruzado, y el quinto tanto fue para el Guille Franco mediante un disparo desde enfrente de la media luna; su tiro entró pegado al poste derecho.
El festejo por la conquista del quinto título en la Copa Oro fue la catarsis de casi un mes de tensión, que arrancó con muchos titubeos y críticas por un mal desempeño. Sin embargo, el juego tricolor fue en ascenso y la explosión de euforia llegó cuando el capitán Torrado alzó el trofeo y los jugadores dieron la vuelta olímpica ante el aplauso y los vítores del público.