Estudiantes de la Facultad de Estudios Superiores (FES)-Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) denunciaron que la saturación de inscripciones por Internet no sólo ha tenido como efecto la escasez de grupos y la empalmación de horarios, sino también la imposibilidad de registrar las materias requeridas e incluso quedar fuera de este requisito para inscribirse a asignaturas.

Señalaron que no es la primera ocasión que ocurre lo anterior, pues el semestre pasado cientos de alumnos se vieron perjudicados por este problema. De hecho, quienes no pudieron inscribirse a causa del sistema, tuvieron que cursar las materias como oyentes para acreditar exámenes extraordinarios.

A las 11 de la mañana –horario que le fue asignado– un alumno de la carrera de comunicación intentó abrir la página de inscripciones, sin obtener resultados. Preocupado, se comunicó a los servicios escolares de la escuela para que le ofrecieran alguna solución, pero le dijeron que tuviera paciencia, que no me iba a quedar sin grupos.

Más de dos horas después, cuando por fin logró tener acceso a la página, la mayoría de los grupos estaban saturados y los pocos horarios que estaban disponibles se empalmaban, de modo que no se pudo inscribir.

Entre las alternativas no se vislumbra alguna que beneficie a los alumnos, porque deben esperar a que se abra el proceso de altas y bajas de asignaturas para registrar sus materias, lo cual se realizará del 11 al 17 de agosto, cuando ya todos estén inscritos.

Otra vía es inscribir sólo una o dos materias, con lo cual se alargaría el tiempo para que el alumno termine la carrera.

Otros estudiantes señalaron que lo increíble es que el problema sea recurrente y que la institución no ponga solución. Incluso, dijeron, ésta se deslinda de esta responsabilidad, porque dice que el problema es de servicios escolares.

El problema es que al haber una gran cantidad de estudiantes que quieren registrarse al mismo tiempo, enfatizaron, la mayoría no lo logra en el horario que le corresponde, lo que tiene un efecto búmeran, porque se quedan sin acceder a los grupos ni a los horarios requeridos –muchos trabajan– y resultan perjudicados.