Su uso podría aumentar en 75 por ciento el riesgo de desarrollar el padecimiento
Están junto al cigarro, el arsénico y el asbesto en la máxima categoría para detonar el mal
La OMS recomendó no emplear los dispositivos de bronceado UV para fines cosméticos
Jueves 30 de julio de 2009, p. 2
Sidney, 29 de julio. Las camas solares ahora se ubican junto con el cigarrillo, el arsénico y el asbesto en la lista de mayores causantes de cáncer para los humanos, según reveló un grupo internacional que investiga la enfermedad.
La Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC por su sigla en inglés) movió a las camas solares, que emiten luz ultravioleta, a su máxima categoría de riesgo de cáncer y las etiquetó como cancerígenas para los seres humanos
, después de señalar que son más peligrosas de lo que se creía.
La entidad con sede en Francia, que es parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), había clasificado anteriormente a las lámparas y camas solares como probablemente
cancerígenas para las personas.
La investigación, publicada en la más reciente edición de la revista médica Lancet Oncology, reveló que el uso de camas solares podría aumentar el riesgo de desarrollar cáncer 75 por ciento, particularmente en los niños y jóvenes.
El riesgo de melanoma cutáneo aumenta un 75 por ciento cuando el empleo de dispositivos de bronceado comienza antes de los 30 años
, señaló el informe.
Los rayos ultravioletas
El reporte del IARC llegó después de que científicos de nueve países se reunieran en junio para revaluar los riesgo de cáncer que generan distintos tipo de radiación. La radiación solar es la principal fuente de exposición humana a los rayos ultravioletas (UV).
El IARC publica desde 1971 una serie de Monografías sobre la Evaluación de los Riesgos Cancerígenos para los Humanos, también conocidas como enciclopedia de la OMS sobre cancerígenos, donde ubica a los agentes peligrosos en grupos del 1 al 4.
El grupo 1, donde ahora se encuentran las camas solares, también incluye el asbesto, el arsénico y los productos del tabaco.
La OMS ha establecido que no recomienda el uso de dispositivos de bronceado UV para fines cosméticos. Esas camas actualmente se fabrican con mayores niveles de UV para imitar al sol y acelerar el proceso de bronceado.
Algunos países y estados de Estados Unidos regulan esa industria multimillonaria, a veces prohibiendo el uso de estos dispositivos a los adolescentes o requiriendo el consentimiento de los padres o del médico.
También suele estar ordenado en algunos lugares que se indique el peligro que implica la exposición para la salud.
Un análisis concluyó que cuando la exposición a los rayos UV artificiales comienza antes de los 30 años de edad, el riesgo de melanoma (la forma más agresiva de cáncer de piel) aumenta en un 75 por ciento
, indicó el IARC.
Ese organismo también subrayo que el uso de aparatos de bronceado con rayos UV está muy extendido, sobre todo entre las jóvenes.
Asimismo, numerosos estudios demostraron una asociación entre el bronceado artificial y el melanoma ocular
, añadió.
No somos una agencia de regulación; publicamos resultados científicos para que las agencias sanitarias nacionales puedan tomar las decisiones que juzguen necesarias
, explicó a la Afp Vincent Congliano, responsable de las monografias del IARC.
Por su parte, los dermatólogos franceses y británicos recibieron con satisfacción la decisión de la agencia para el cáncer de la OMS, aunque no pidieron la prohibición de las cabinas de bronceado.
La solución no es prohibir sino informar
, declaró Georges Reuter, presidente del Sindicato Francés de Dermatólogos, al recordar que ese tipo de aparatos se comercializan también a través de Internet.
Es el momento de avanzar para regular el sector, evitar que los niños usen las cabinas de bronceado y asegurarse que esos aparatos estén sometidos a las reglas sanitarias
, afirmó por su parte Nina Goad, de la Asociación Británica de Dermatólogos.
Según un estudio de la Asociación Alemana para la Prevención Dermatológica realizado a finales de 2008, unos 14 millones de alemanes de entre 18 y 45 años se broncean artificialmente. Un cuarto de ellos lo empezó a hacer entre los 10 y los 17 años. El gran peligro son las sesiones para mantener el bronceado todo el año
, subrayó Reuter, quien limitó a 10 el número de sesiones que se pueden tomar al año.
El otro peligro es el mal mantenimiento de las instalaciones
, añadió al recordar que los tubos que producen los rayos UV envejecen, por lo que la luz que emiten es aún más peligrosa para la piel.