Salvador Martínez Cruz recibirá un reconocimiento por su labor como maromero. Pero, si bien promueve una compañía en esa tradición, desde hace tiempo que él no trabaja con un grupo propio, porque le va mejor con su banda de viento.

El reconocimiento se lo entregarán durante el primer Festival Estatal de las Artes y Culturas Indígenas, que se llevará a cabo en la ciudad de Puebla, del 6 al 9 de agosto.

Don Salvador, mixteco del municipio de Petlalcingo y ex trapecista, aprovecha la presencia de medios y funcionarios para pedir apoyo para la labor, que si bien ya no realiza, sí representa: No tenemos seguros (...) queremos el apoyo de los gobiernos estatal y federal para un armazón de metal. Es que se trata de un oficio peligroso: básicamente son acróbatas sin redes de seguridad, que saltan y se columpian a una altura de siete metros.

En su tierra, dijo a La Jornada, sólo queda una compañía maromera. En la mixteca oaxaqueña, en cambio, la tradición de la maroma está más viva.

Don Salvador será uno de los tesoros vivientes que recibirán un reconocimiento y 10 mil pesos. Además de la entrega de la sistinción, en el festival se presentarán grupos de música y danza, habrá exposiciones de artesanía, de gastronomía y un encuentro de médicos indígenas tradicionales y alópatas; también habrá consulta y venta de medicamentos. Asimismo, se llevarán a cabo presentaciones de libros y talleres de grabado, palma, alfarería y amate, dieron a conocer en conferencia de prensa realizada hace unos días en un restaurante en Polanco.

Se planea que el festival se efectúe en varios sitios del centro de la capital poblana y que participen indígenas de siete pueblos (otomí, tepehua, nahua, totonaco, mixteco, popoluca, mazateco), provenientes de 50 municipios.

Tesoros vivientes

Le llaman tesoros vivientes a los maestros en alguna tradición, como artesanos, médicos, etcétera, que se destaquen como promotores y generadores de identidad. La denominación fue tomada de la tradición japonesa.

La maroma, que se realiza en la región mixteca oaxaqueña y poblana, fue propuesta (junto con el rito del yúmari) para ser incluida en la lista del patrimonio cultural inmaterial que requiere de salvaguarda urgente de la UNESCO.

Pedro Martínez López, de Acatlán de Osorio, quien trabaja el barro bruñido, estuvo presente en la conferencia de prensa y, tras deshacerse en halagos hacia un par de funcionarios presentes, lanzó: Pido apoyo para que esta técnica no muera.

Los organizadores informaron que el festival costará casi 3 millones de pesos, de los cuales el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes aportará la mitad y el estado la otra.

Y nunca se sabe, quizá el gobernador se dé una vuelta por el festival para tomarse una copita de cognac.