Saldo de 65 heridos, incluidos 6 niños, por el estallido en una casa cuartel de la Guardia Civil
Canalla atentado de ETAen Burgos, denuncia ministerio español del Interior
Jueves 30 de julio de 2009, p. 22
Madrid, 29 de julio. El saldo por la explosión de coche bomba esta madrugada cerca de una casa cuartel de la Guardia Civil en Burgos fu cifrado en 65 heridos, seis de ellos niños, hecho atribuido a la organización armada vasca ETA y calificado por el ministro del Interior español, Alfredo Peres Rubalcaba, como un atentado fallido
y canalla
que buscaba víctimas mortales”.
En el edificio, de 14 plantas, dormían 120 personas, 41 de ellas niños, lo que pone de manifiesto el carácfter especialmente canalla del atentado
, toda vez que el atentado estaba pensado para hacer daño no solo a los elementos de la Guardia Civil sino a sus familias, afirmó Rubalcaba durante una visita al lugar del ataque, flanqueado por la lehendakari en funciones, la socialista Isabel Celaá, y por el alcalde Burgos, Juan Carlos Aparicio.
El ministro del Interior dijo que en esta ocasión ETA no alertó de la inminente explosión como suele hacer cuando atenta en zonas de alta concentración humana y, sobre todo, cuando utiliza bombas de alta potencia como esta. Los demócratas españoles sabemos que nos enfrentamos a una banda de asesinos; hoy además sabemos que son asesinos salvajes y enloquecidos, lo que no les hace más fuertes, pero sí más peligrosos
.
Según la reconstrucción hecha por la policía del atentado, la furgoneta-bomba, que tenía entre 250 y 500 kilogramos de explosivos, fue introducida a España por la frontera con Francia por un comando formado por entre dos y cuatro personas, cruzaron el País Vasco y llegaron hasta Burgos, donde la tarde de ayer estacionaron el vehículo en el estacionamiento, ubicado en la parte posterior del edificio.
Una vez estacionada, la camioneta fue sometida a una revisión rutinaria por un grupo de agentes, pero la superó gracias a que el modelo, la marca y la placa eran idénticos al de un vecino de la zona, con lo que hubiera resultado muy difícil identificar la amenaza.
El lugar elegido ya había sido estudiado por ETA como posible objetivo, según se descubrió en unos documentos intervenidos el año pasado: la casa-cuartel de la Guardia Civil.
Tras el estallido, que causó enormes daños materiales, especialmente a la fachada de la casa cuartel, así como la destrucción de decenas de coches y otras viviendas de las inmediaciones, se efectuó la inmediata evacuación de las 120 personas que dormían en el edificio, todas ellas agentes y familiares.
El último atentado de ETA con coche bomba se registró el 9 de julio, cuando atacó la sede del Partido Socialista de Euskadi (PSE, en el gobierno autonómico) en Durango. Mientras que la última víctima mortal de ETA fue el del policía nacional Eduardo Puelles, el pasado 19 junio.
El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguro que “los autores del atentado acabaran muy pronto en la cárcel
, en tanto que todas las fuerzas políticas y parlamentarios condenaron el ataque, con excepción de la izquierda separatista radical, que emitió un comunicado en el que afirmó que los hechos demuestras la absoluta irresponsabilidad de todos aquellos sectores políticos y mediáticos que insisten en la posibilidad de derrotar policialmente a ETA
.
Asimismo hizo un llamado para retomar el diálogo de un potencial proceso de pacificación del histórico conflicto: Los largos años transcurridos desde sus orígenes, el sufrimiento acumulado por todas las partes obliga, desde la responsabilidad política, a extraer una conclusión clara: la derrota policial de ETA es sencillamente una quimera
.
La Unión Europea, Francia, Argentina y Venezuela, repudiaron el nuevo atentado de ETA, cometido a dos días de que se cumplan 50 años de la fundación del grupo armado separatista. Condenamos este atentado terrorista que hiere a la familia española, hiere a lo que nosotros sabemos es una vocación del presidente Rodríguez Zapatero, como es la búsqueda de la paz
, dijo el presidente venezolano, Hugo Chávez.