Luis Antonio de Villena (Madrid, 1951), reconocido como uno de los más relevantes poetas de la Generación de 1970, además de narrador y ensayista, integra más de medio centenar de títulos; ante la relevancia de su obra, el Fondo de Cultura Económica publicó una antología que recoge textos de casi todos sus libros de poesía, escritos a lo largo de más de 30 años.

Honor de los vencidos. Antología (1972-2006), poemas en prosa seleccionados por Martín Rodríguez-Gaona, es el título del volumen, que con un cuidado lenguaje poético, que lo mismo abreva de los clásicos que de los ambientes gay y lumpen, reivindica una serie de figuras y valores: el libertino, el marginal, el disidente, la alegría, el placer, la amistad, la solidaridad y la sensualidad, como vías de conocimiento, apuntó el antologador.

Este volumen refleja la evolución del autor y de su poética. Sus pensamientos y obsesiones emergen de nueva cuenta, pero de modo distinto, mediante diversas técnicas literarias, todo, bajo rasgos comunes, que en el caso de Luis Antonio de Villena es la contemplación de ciertos aspectos de la vida marginal social y sexual.

Vía telefónica desde Madrid, en charla con La Jornada, el autor explica que, en conjunto, los poemas ponen de manifiesto el deseo de integrar la cultura con la vida, de tal manera que casi siempre hay una mirada de la vida asociada a la cultura literaria, histórica, musical o filosófica de clásicos y contemporáneos.

La exploración o vivencias de la vida marginal social o sexual, y la trama que se teje entre la cultura y la sórdida, excitante, por momentos desoladora vida, que se alimenta precisamente de esa vida marginal, son algunos de los rasgos comunes de los poemas antologados.

De acuerdo con Rodríguez-Gaona, Luis Antonio de Villena es un poeta que ha sabido ser fiel a su conflicto originario: su pertenencia a los disidentes.

En una época buscó proyectar una imagen dandística o artística, según el propio poeta: Eso se fue transformando en una actitud que ahora tiene que ver con un mundo más comprometido socialmente, donde entra la mirada de la marginación, del excluido de lujo, si se quiere, lo cual es también una especie de dandísmo, un deseo de apartarse de la masa media. Pero es quizá la actitud del que se aparta, la que determina mi mirada.

Para De Villena, la gente que vive en los márgenes, inclusive en los lujosos, vive de forma mucho más intensa.