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El sector emplea a 500 mil personas; bloque asiático eleva importación

Más que la crisis, contrabando y piratería afectan a textileros
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Fábrica de hilos en Orizaba, VeracruzFoto Fabrizio León
 
Periódico La Jornada
Domingo 2 de agosto de 2009, p. 25

A pesar de que la crisis económica ha tenido importantes repercusiones en la industria textil mexicana, el contrabando y la piratería, así como el desplazamiento por productos extranjeros (principalmente provenientes de China) son los principales lastres de ese sector, que emplea a más de 500 mil trabajadores de manera directa, lo que equivale a 15 por ciento del empleo manufacturero generado en el país.

Según cálculos de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (CNIV), en los tres primeros meses de este año el tamaño de la producción textil se redujo en una décima parte de lo que se fabricaba al cierre de 2008.

Aun cuando la demanda nacional de prendas de vestir ha disminuido considerablemente debido a la crisis económica, el bloque asiático continúa incrementando sus importaciones hacia el país, sostuvo Simón Fieldman, presidente del organismo.

Para nuestro sector, la caída en la demanda interna y externa ha ocasionado una contracción en la venta de nuestros productos, derivando en una reducción en la producción y, como consecuencia lógica, una disminución en el número de empleados requeridos, agregó Fieldman.

En su informe trimestral sobre la situación de la industria textil, la industria del vestido refiere que en un año 554 empresas del sector cerraron sus puertas, lo que provocó la eliminación de 59 mil 235 plazas laborales entre abril del año pasado y el mismo mes de 2009.

El mercado ilegal es uno de los más graves obstáculos de la industria textil. Siete de cada 10 prendas que se comercializan en México procede de canales ilegales, como el contrabando, la piratería, el robo de mercancía y la producción en talleres clandestinos, añade Roberto Catañeda Franco, coordinador de Trabajo contra el Contrabando y la Piratería del organismo, en entrevista con La Jornada.

El pasado 8 de julio 700 toneladas de ropa de contrabando y pirata fueron quemadas por la Procuraduría General de la República en el estado de Morelos, como parte de la Cruzada Nacional Contra la Delincuencia Organizada y el Acuerdo Nacional en Favor de la Economía Familiar y el Empleo.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), desde mayo del año pasado la industria textil no ha parado de registrar números negativos. Tan sólo en junio de este año la fabricación de insumos decreció 17.8 por ciento, la confección de productos textiles exceptuando prendas de vestir se desplomó 18.5 y la fabricación de ropa cayó 17.6 por ciento, según cifras recientes del organismo.

Abril fue especialmente difícil para el sector porque el brote de influenza se dio en ese mes, además de que el año pasado las vacaciones de Semana Santa cayeron en marzo y este año en abril, señaló David García Cosío, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Textil (Canaitex).

Sin embargo, Irma Portos, especialista en la industria textil del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, sostiene que a pesar de la crisis no todo han sido malas noticias para el sector.

Paradójicamente, con la crisis ha habido ciertos beneficios para el sector textil, debido a que con el tipo de cambio han disminuido las importaciones, lo que ha incrementado las ventas de insumos en el mercado interno, señala.

En su libro La industria textil en México y Brasil, Portos sostiene que en un inicio el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) pudo ser benéfico para la industria textil nacional dado que permitió ampliar el mercado a los productos mexicanos, aunque en el largo plazo también representó una mayor dependencia al mercado estadunidense.

Para Gabriel Xochicale Saldívar, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores Adolfo López Mateos de la Industria del Ramo Textil en General, el problema no es de competitividad sino de competencia desleal.

La tela y la ropa que se producen en México no le piden nada a las que se fabrican en otros países, incluso mucha de la mezclilla que se vende en Estados Unidos está hecha aquí, el problema es que no podemos competir con los precios que traen los chinos, porque sus productos son de menor calidad y por tanto más baratos, señala.

Por otra parte, en diciembre de 2001, China entró a la Organización Mundial de Comercio, lo que le permitió ingresar a los mercados en que participaba México.

A partir de 2002 el país asiático se convirtió en el primer proveedor de textiles y ropa de Estados Unidos, sitio que mantiene hasta la fecha, mientras que la industria mexicana ocupa ahora el sexto lugar en importaciones de ropa al mercado estadunidense, de acuerdo con Castañeda.