Teherán, 1º de agosto. Irán confirmó hoy el arresto de tres turistas estadunidenses cerca de la frontera con Irak cuando escalaban una montaña en el Kurdistán iraquí, informó el canal de televisión en árabe Al Alam.

Según la televisora estatal iraní, los ciudadanos de Estados Unidos, que se infiltraron en Irán a través de Irak, fueron detenidos; no dio más información al respecto.

El vocero del Departamento de Estado estadunidense, Robert Wood, señaló en un comunicado que el gobierno de Barack Obama solicitó a Suiza, que representa los intereses de Washington en Teherán, que confirme si los paseantes fueron aprehendidos.

El responsable de prensa de la seguridad general del Kurdistán iraquí, Bechro Ahamd, indicó que los tres estadunidenses, entre ellos una mujer, escalaron el jueves una colina en la estación turística de Ahmad Awa, que conduce a la frontera iraní, pese a las advertencias de la policía.

El oficial de seguridad de la ciudad iraquí de Sulaimaniya, Qader Hamajan, declaró que éstos formaban parte de un grupo de cuatro turistas que llegaron procedentes de Turquía a esa localidad el pasado miércoles.

Según una fuente de los servicios de seguridad kurdos, los dos hombres detenidos son Joshua Steel y Shane Bower, y la mujer se llama Sara Short. El cuarto, quien no viajó con ellos porque estaba enfermo, se llama Shaun Gabriel Maxwell, de 36 años, originario de California.

Por otro lado, Irán comenzó hoy a juzgar a un grupo de manifestantes arrestados durante las protestas por los cuestionados resultados de los comicios presidenciales del 12 de junio, en los cuales fue relecto el presidente Mahmud Ahmadinejad.

Durante la audiencia, Mohamad Ali Abtahi, ex vicepresidente del mandatario reformista Mohamad Jatami (1997-2005), negó validez a las denuncias de fraude en esos comicios.

Este giro sorpresivo ocurre mes y medio después de la relección de Ahmadinejad, impugnada por los candidatos Mirhosein Musavi y Mehdi Karubi, lo que desencadenó una ola de protestas que dejaron 30 muertos.

Abtahi figura entre el centenar de personas que pugnan por un campo reformista y que son juzgadas por un tribunal revolucionario acusadas de participar en protestas masivas.

Medios iraníes reportaron esta semana que los acusados enfrentarán cargos por participación en disturbios, liderazgo en enfrentamientos, actuación contra la seguridad nacional, alteración del orden público, daños a la propiedad pública y gubernamental y relaciones con grupos antirevolucionarios.