Robos en el correo
a Habana. A Virginia Jacas le mandaron un paquete postal de Estados Unidos con accesorios electrónicos. Cuando lo recibió sólo había jabones, una lata de refresco y baratijas. La mujer defraudada no tuvo forma de reponer su envío original.
Lourdes Cila Díaz también tenía que recibir por el correo un bulto con ropa, zapatos y un celular. Sólo venían cuatro camisetas. A Leticia Centelles nunca le llegó el paquete que le enviaron de España. Berta María Fandillo ha consumido 10 meses en visitar las oficinas de correos para recuperar objetos que le mandaron del extranjero y que nunca recibió. Hasta paquetes enviados desde Timor Leste se han extraviado.
El robo en el servicio de correos en Cuba es un dolor de cabeza que no cesa, a pesar de que sus detalles son ventilados públicamente, como todos los casos anteriores, citados por el diario Juventud Rebelde.
Un lector se quejaba: ¿No hay humana manera de ponerle coto al robo?
Y líneas más adelante un comentarista preguntaba cómo arrancar de raíz este mal crónico
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Pero los problemas no se reducen al robo. En abril Marlene González depositó cinco tarjetas de felicitación por el Día de las Madres, que aquí se celebra el segundo domingo de mayo. Ninguna llegó y la señora reclamó. Ya pasada la fecha la oficina postal le dijo a la quejosa que, aunque tarde, las tarjetas llegarían. Y pregunta la mujer: ¿Qué gracia tiene recibir la postal de felicitación pasados tantos días?
Gerardo Arreola, corresponsal