Sociedad y Justicia
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Ecatepec, Nezahualcóyotl, Iztapalapa, Juárez y Tijuana, sinónimo de vivir en riesgo

Enfrentan pobres mayor exclusión y desigualdad social en las ciudades

Existe una calidad diferenciada de bienes y servicios según el origen socioeconómico y étnico de la ciudadanía: expertos

Los citadinos sufren el debilitamiento de la cohesión social

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Un grupo de niños juega en su vivienda, hecha de lámina, en la calle de Pino Suárez, en el centro de la ciudad de MéxicoFoto Roberto García Ortiz
 
Periódico La Jornada
Domingo 2 de agosto de 2009, p. 33

Los 27 millones de pobres patrimoniales que residen en las ciudades viven en hacinamiento, sin servicios, opciones de empleo ni educación. Enmedio de inseguridad y violencia. Cada vez enfrentan más exclusión social, deterioro de la vida comunitaria y dificultades para acceder a bienes básicos. Las condiciones más difíciles se dan en localidades de Ecatepec, Iztapalapa, Nezahualcóyotl, Puebla, Guadalajara, León, Juárez, Acapulco y Tijuana.

Para el segundo semestre del año la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) dará mayor impulso a las acciones de combate a la pobreza en las ciudades, el programa Oportunidades atenderá en total a 200 mil familias, lo que representa un millón de personas.

De acuerdo con la información divulgada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) entre 2006 y 2008 en las zonas urbanas el número de pobres de patrimonio creció en 4 millones, mientras que la pobreza alimentaria se elevó en tres millones para sumar 7.2 millones de personas en esa condición, que viven con menos de 949 pesos al mes.

Los habitantes de las ciudades deben enfrentar un ambiente en el que la vida comunitaria se ha deteriorado, sobre todo para las clases populares que viven en condiciones precarias e inhibidos para acceder a servicios básicos, señalan las especialistas Alicia Ziccardi y Patricia Ramírez Kuri, coordinadoras del libro Pobreza, desigualdad y exclusión social en la ciudad del siglo XXI.

Indican que no sólo se han ampliado las condiciones precarias de trabajo y de vida, sino que se advierten nuevas y diferentes formas de exclusión social, las cuales se observan tanto en las prácticas discriminatorias que prevalecen en el mercado de trabajo como en el acceso y la calidad diferenciada de los bienes y servicios de la ciudad, según el origen socioeconómico y étnico de la ciudadanía y su lugar de residencia.

Los citadinos, agregan, residen en un espacio en el que se concentran todo tipo de riesgos y donde están dadas las condiciones para un debilitamiento de la cohesión social y un incremento de las formas de violencia e inseguridad. La pobreza, la exclusión y la desigualdad social son los problemas más graves que enfrentan, advierten.

Refieren que aunque los sectores populares siempre han vivido en condiciones de precariedad y dificultades para acceder a los bienes básicos, lo que ahora se ve es un agravamiento de la situación. Sobre todo en términos de la ampliación de las desigualdades.

Las ciudades, detallan, cada día están más fragmentadas, las grandes desigualdades se expresan no sólo en la dificultad para acceder a los servicios, sino también en torno a la calidad de ellos. La expresión territorial de las desigualdades, es un factor más que agrava estas diferencias.

Ziccardi considera que desde el punto de vista sociológico lo más grave que ocurre es el deterioro de la vida comunitaria y el debilitamiento de la cohesión social, lo que crea un clima propicio para que prolifere la violencia y la inseguridad en las urbes. La consecuencia es que vivir en ellas implica vivir en el riesgo.

Por su parte, Ramírez Kuri indica, en entrevista, que también se ha dado una precarización del trabajo, asociada con diversas formas de apropiación del espacio público, para vivir de él y para actividades informales; el ambulantaje es el ejemplo más evidente. Agrega que se generan formas de exclusión social muy dramáticas que se expresan en violencia y enfrentamientos entre grupos.

Oportunidades urbano

Explica que la diferencia entre la pobreza urbana y la rural, es que ésta última es absoluta. En las ciudades la gente de alguna manera puede sobrevivir, aunque se observan prácticas de exclusión y discriminación a la que están sometidos los indígenas, la gente de clases populares y madres solteras: los más vulnerables en la sociedad.

De acuerdo con información oficial de Oportunidades, programa dirigido a las familias en pobreza extrema, en las ciudades se busca potenciar los resultados que se han logrado: que los jóvenes asistan y permanezcan en la secundaria y preparatoria, y que todas las familias vayan a sus consultas preventivas.

Precisa que entre marzo y abril pasados el programa inició en Puebla, Ecatepec, Ciudad Juárez y Reynosa, en las cuales se incorporó a 50 mil familias, pero para el segundo semestre se sumarían 150 mil familias más.

Este programa tiene diferencias respecto al que se aplica en las zonas rurales, ya que plantea un nuevo esquema de becas para mejorar los impactos en la inscripción y permanencia escolar en secundaria y preparatoria; hay una adecuación a la prestación de los servicios de salud y los apoyos monetarios se entregan con tarjeta bancaria de débito.

Oportunidades atiende los componentes educativo, de salud y alimentación. En el primero se considera eliminar las becas en primaria y se elevará el nivel de transferencias en secundaria, ya que hay mayor riesgo de deserción escolar, indica el documento del Banco Interamericano de Desarrollo denominado Fortalecimiento del programa de desarrollo humano Oportunidades, el cual autorizó un préstamo para la operación del plan.

En cuanto a salud se propuso un modelo alternativo para las familias beneficiarias, el cual incluye la afiliación paulatina de la familia al seguro popular, propone nueva estrategia de suplemento nutricional y se mantiene el monitoreo de crecimiento de niños recién nacidos a dos años de edad y de peso a lo largo de la vida.