El aumento de la temperatura, la variación en el patrón de lluvias y el impacto del cambio climático favorece un proceso de desertificación presente en 98.9 por ciento del territorio nacional, del cual 48 por ciento está considerado en alto riesgo, alertaron especialistas de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh).

Tras participar en el segundo Coloquio de Geografía Ambiental, convocado por la Universidad Nacional Autónoma de México, Guillermo Ramírez García, agrónomo y catedrático de la UACh, indicó que la mayor parte del país podría verse afectado por este fenómeno de continuar el cambio en los patrones con que se presenta la precipitación pluvial, así como los efectos nocivos del cambio climático.

Afirmó que la desertificación es resultado de un proceso complejo relacionado con el deterioro de los ecosistemas por las variaciones climáticas y las actividades humanas, lo que podría provocar que tierra fértil se convierta en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, ante prácticas nocivas como el pastoreo, los monocultivos, la siembra en laderas sin técnicas de conservación, así como el aumento de la población.

En entrevista por separado, Agustín Breña Puyol, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, y especialista en crisis hídricas, afirmó que el cambio en la intensidad y concentración de la precipitación pluvial, afecta no sólo a los campos de cultivos, también la recarga de los acuíferos, y afirmó que los cambios imprevistos que estamos enfrentando en la intensidad de las lluvias en cuencas como la del Cutzamala, se ven claramente reflejados en un mayor estrés hídrico en el valle de México.

Agregó que la ausencia de políticas públicas para enfrentar la grave escasez de agua hace prácticamente imposible pensar en que lograremos recuperar el equilibrio ecológico e hídrico que haría posible tener un abastecimiento sustentable, pues hasta la fecha no se aplica un estricto control en la distribución del agua.