Brasilia, 2 de agosto. El gobierno de Brasil respaldó hoy las protestas de Venezuela ante el próximo despliegue de soldados estadunidenses en Colombia, y manifestó su preocupación de que ello se haya pactado sin que haya habido un proceso, sin consultarnos.

El ministro brasileño del Exterior, Celso Amorim, indicó que lo que preocupa a Brasil es una presencia militar fuerte, cuyo objetivo y capacidad parecen ir mucho más allá de lo que pueda ser la necesidad interna de Colombia, reportó el diario Folha de Sao Paulo.

Consideró comprensible la preocupación de Venezuela en este rubro, porque Estados Unidos alega que el blanco principal de las bases es el narcotráfico, y al mismo tiempo hay informes del Congreso estadunidense que afirman que Venezuela estaría siendo connivente con el narcotráfico.

“Entonces, se instalan en un país vecino de Venezuela bases estadunidenses, o bases colombianas para uso estadunidense, no importa. ¡Vamos! Es la historia de Millor Fernandes: ‘el hecho de que yo sea paranoico no significa que no esté siendo perseguido’”, ilustró, al citar al conocido humorista, escritor y dramaturgo carioca.

Señaló que una de las preguntas que se hace Brasil es la contradicción en la que entra Bogotá al decir por un lado que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, supuestamente vinculadas con el narcotráfico, están aniquiladas, y por otro justificar una presencia militar más fuerte en su país para combatirla.

Amorim dijo que Brasil prefiere no juzgar por ahora si las acciones del gobierno del presidente Barack Obama se contradicen con el discurso de paz, no ingerencia y desmilitarización que expuso en su campaña electoral.

En la región, es importante tener transparencia y claridad. Eso tal vez haya faltado. Uno puede tener, por ejemplo, garantías formales sobre cómo serán usadas esas bases, explicó.

También se manifestó escéptico sobre la conclusión exitosa de la Ronda de Doha, al destacar que el presidente Barack Obama no ha modificado la postura de su antecesor, Goerge W. Bush, y fustigó que el gobierno estadunidense mantenga sin cambios los impuestos a las importaciones de etanol.