Ataques de comandos armados perpetrados en Guanajuato –donde se utilizaron granadas de fragmentación– e Hidalgo dejaron como saldo 11 muertos y al menos 17 heridos. Otros 22 asesinatos, presuntamente relacionados con el crimen organizado, se constataron en Veracruz, Baja California, Chihuahua, Guerrero, Sinaloa y Durango.

En Irapuato, Guanajuato, alrededor de las 20:40 horas, hubo un primer ataque a las oficinas del Ministerio Público (MP), ubicadas a un costado del Centro de Readaptación Social, de juzgados y oficinas de la policía de dicho municipio. Según testigos, unos 15 sujetos armados a bordo de tres camionetas dispararon contra civiles y policías ministeriales.

Los sicarios –presuntamente integrantes de La Familia– lanzaron seis granadas de fragmentación. Tres detonaron e hirieron a cuatro policías ministeriales y a tres civiles. Asimismo, causaron la muerte de un oficial y un civil.

Igualmente, dos vehículos se incendiaron y cuatro resultaron con daños; en el estacionamiento del lugar quedaron tres granadas sin detonar.

Efectivos militares, así como policías federales, estatales y municipales arribaron a las inmediaciones de las oficinas de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE). Frente a la 16 Región Militar se instaló un retén con ocho camionetas oficiales y 12 policías ministeriales.

Unos 30 minutos después del ataque en Irapuato, otro grupo –también supuestamente de La Familia– disparó y lanzó granadas contra personal del MP de Silao, que dejó seis lesionados.

También en Hidalgo hubo enfrentamientos, que se iniciaron a partir de que autoridades federales pidieron a sus homólogas de esa entidad apoyo para localizar a dos efectivos de la Policía Federal, cuyo paradero se ignora.

La PGJE implementó un operativo en el paraje El Autódromo, municipio de Mineral de la Reforma, a cinco kilómetros del centro de Pachuca, donde presuntos criminales enfrentaron a los agentes.

Esos hechos provocaron nueve decesos, dos policías y los demás supuestos narcos. También se confiscaron cuatro vehículos sin placas de circulación. Al cierre de esta edición se implementaba un operativo de búsqueda de otros presuntos delincuentes.

Homicidios en seis estados

En Veracruz, el abogado Juan Carlos Labourdette, ex subprocurador regional de Justicia, fue hallado muerto en el municipio de Boca del Río, con huellas de tortura y un narcomensaje dirigido a mandos policiacos y de la procuraduría estatal, cuyo contenido no se dio a conocer.

El miércoles, el domicilio del ex funcionario fue incendiado por desconocidos; según las pesquisas, Labourdette fue sacado de la casa antes de la conflagración.

Ayer, el ex policía judicial Valentín Romero fue levantado por un grupo armado cuando se dirigía a su domicilio en un fraccionamiento del puerto de Veracruz.

En tanto, dos personas fueron halladas muertas en Tijuana, Baja California. Una era Adriana Ruiz, edecán del equipo de futbol de primera división A Xoloscuintles, propiedad de Jorge Hank Rhon. La víctima fue descubierta decapitada, tras haber sido secuestrada el sábado.

En Chihuahua se cometieron 14 homicidios, 12 en Ciudad Juárez y los otros en los municipios de Guazapares y en la capital del estado.

La Secretaría de Seguridad Pública y Protección Civil de Guerrero informó que la madrugada de ayer fue ultimado el empresario Oliver Bergones en Ixtapa, Zihuatanejo. Los otros tres asesinatos se perpetraron en Sinaloa y Durango.

Carlos Camacho, Carlos García, Andrés T. Morales, Antonio Heras, Rubén Villalpando, Sergio Ocampo, Javier Valdez, Ulises Gutiérrez y Saúl Maldonado