Cultura
Ver día anteriorMiércoles 12 de agosto de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

El narrador publica Zoomorfías y La gramática del tiempo bajo el sello Almadía

Nuestra sociedad carece de liderazgo; todo es una perversión, dice Da Jandra

Debemos preservar la mitología para ver cómo eran los héroes que nos dieron identidad

Toda la ciencia ficción estadunidense apunta hacia un futuro desolador, indica

Foto
Leonardo da Jandra durante la entrevista con La JornadaFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Miércoles 12 de agosto de 2009, p. 7

El mito, el rencuentro y la reincorporación de éste a la vida cotidiana son las materias primas predilectas de Leonardo Da Jandra (Chiapas, 1951) para tejer su obra literaria, a partir de su convencimiento de que el origen de la literatura es la mitología, luego de que, dice, el mito creó a la palabra escrita como una forma de protegerse.

Fiel a ese pensamiento, el escritor acaba de publicar los libros Zoomorfías y La gramática del tiempo, bajo el sello Almadía, en los que la mitología es el elemento esencial, si bien el primero se compone de relatos, mientras el segundo se ubica dentro de la ensayística filosófica.

El origen de la literatura es la mitología, la gran épica, la epopeya; es un agradecimiento a los momentos fundacionales en que aparecieron los héroes que nos dieron rostro y corazón, señala el autor en entrevista.

Y es curioso cómo nuestro tiempo le está dando la espalda al mito, sin considerar cuán importante resulta, porque es la forma en que una sociedad no se extravía; saber de dónde venimos, quiénes somos y hacia dónde vamos.

Decadencia purificadora

Según Da Jandra, culturas como la angloamericana, que no tiene mitología, están condenadas a inventarla o tienen una obsesión por el futuro. Y como no emanan de una sacralidad, ven el futuro nefasto, agrega.

Toda la ciencia ficción estadunidense, toda la tecnocracia apunta hacia un futuro desolador. No perciben que del futuro pueda venir algo de luz, porque no tienen ese pasado mítico que da el impulso vivificador.

A decir del escritor y médico, si no hay rito no hay mito, y sostiene que “en nuestro tiempo los ritos se han profanado, mercantilizado. Por eso hay mititos y mitotes, pero no mitos. Se habla de que fulanita es un mito, tal actor es un mito; y no, esos son mititos, porque una sociedad que se desacraliza sustituye los valores sagrados fundacionales por seudovalores, seudomitos, seudohéroes.

“Cuando una sociedad –prosigue el escritor– rinde culto a los actores y actrices de telenovelas, y celebra al paso a los atletas y a los futbolistas, es una sociedad que está en franca decadencia. No hay liderazgo económico, político, intelectual ni espiritual, todo es una perversión, una profanación total.

Por eso es importante tener presente a la mitología para ver cómo eran los héroes que nos dieron rostro y corazón, identidad. Si se comparan aquellos héroes con los que ahora nos tratan de imponer Televisa o Televisión Azteca, no queda sino lamentarse.

Para Da Jandra no resultan del todo negativas las circunstancias de desasosiego, pesadumbre y decadencia que vive el mundo contemporáneo, pues en su opinión se trata de un límite necesario y purificador para el renacimiento de la humanidad.

Es lo que llamo la nucleohistoria, la identidad, y a partir de allí, se desprenden todas las ramas podridas y surge una nueva forma de vida. Vivimos ese momento de renovación, de recuestionamiento, de tránsito que necesariamente produce desasosiego, porque se ve que están cayendo muchas cosas, pero es un cambio de piel, y la literatura actual no es más que eso. Lo que estamos viendo en el arte actual es una transición del imperio de Tánatos hacia una potenciación de Eros, de vida.

Uno de los principales aspectos de los que a juicio del escritor debe desprenderse cuanto antes la humanidad es la ideología de derecha, su doble moral y los gobiernos que de ella emanan.

Ésa es la mierda que tenemos que sacudirnos de una vez para siempre. Sacarse esos parásitos, fariseos, hipócritas, que recurren a la religión cristiana y lo único que hacen es crucificar a los hijos de Cristo. Si Jesucristo viviera, los panistas, con Calderón y Fox a la cabeza, serían los primeros en crucificarlo, afirma.