El coordinador de los senadores del PT, Ricardo Monreal, se sumó ayer al reclamo de la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Rosario Ibarra, con el propósito de que el proceso de elección del ombudsman nacional se sujete a lo establecido en la ley y no haya intervención alguna del gobierno federal.

Refirió que un día antes recibió el escrito que la senadora Ibarra hizo llegar a los integrantes de la Junta de Coordinación Política (JCP) y coincide plenamente en que el procedimiento que el Senado iniciará en breve para elegir al sucesor de José Luis Soberanes al frente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), en forma alguna debe realizarse bajo cabildeos o acuerdos políticos que vulneren la normatividad, como algunos pretenden.

Monreal aclaró que en la JCP del Senado no se ha discutido y menos acordado que la Comisión de Justicia, que preside el panista Alejandro González Alcocer, pudiera quedar a cargo o intervenir en la renovación del titular de la CNDH.

Respecto a los argumentos que legisladores del PAN han esgrimido para hacer a un lado a Rosario Ibarra, en el sentido de que no logra que haya quórum en las reuniones de la Comisión de Derechos Humanos, el coordinador petista recalcó que en caso de que se insista en esa táctica, se tendrá que pedir a los grupos parlamentarios que nombren a otros senadores que sí quieran cumplir con su responsabilidad.

En el documento que entregó a los coordinadores de las fuerzas políticas en el Senado, la senadora Ibarra informó que propondrá al pleno de la comisión que preside un proceso que garantice completa transparencia y esté abierto al escrutinio público.

Es decir, habrá una convocatoria pública para la recepción de las candidaturas respaldadas por organizaciones de la sociedad civil y todos los candidatos registrados deberán comparecer ante la Comisión de Derechos Humanos, en sesiones abiertas a la prensa y a la ciudadanía.

La también dirigente del Comité Eureka reconoció que ese método fue rechazado antes, en el caso de los integrantes del consejo consultivo de la CNDH, a finales del 2007, por algunos integrantes de la Comisión de Derechos Humanos, que deliberadamente dejaron de asistir a las reuniones para que no hubiera quórum.

La legisladora aclaró, me parece que este procedimiento debe ser defendido y sostenido porque es congruente con la ley, pero además porque asegura un proceso abierto, transparente, público y en consecuencia democrático.

Insistió en que no participará en arreglos previos con planillas de candidatos que satisfagan intereses variados. No puedo por convicción y menos aún en mi carácter de presidenta de la comisión.

Dijo, además, que son inconsecuentes los que exigen un proceso transparente en la elección de los consejeros, como el que yo he venido reclamando desde 2007 y al mismo tiempo me critican por no saber negociar e insisten en que haga un acuerdo previo y privado a la sesión.

En igual tono, añadió: entiendo que las y los senadores integrantes de la Comisión de Derechos Humanos puedan consul- tar y acordar con sus grupos parlamentarios sus posiciones, pero me opongo a que se elimine la sesión pública donde se ventilen abiertamente todas las propuestas.

Adelantó que en la convocatoria a la sesión de septiembre que llevará a cabo la comisión a su cargo, propondrá incluir en el orden del día, no solo la elección del presidente de la CNDH, sino desahogar todos los pendientes de 2007 y 2008.