Designa el Kremlin a un general para intentar frenar la violencia islámica en Ingushetia
Dos atentados con bomba en Daguestán dejan un policía muerto y diez uniformados lesionados
Miércoles 19 de agosto de 2009, p. 23
Moscú, 18 de agosto. Cada vez quedan menos esperanzas de encontrar con vida a alguna de las 59 personas que siguen desaparecidas a consecuencia del grave accidente ocurrido el lunes en la sala de turbinas de la hidroeléctrica de Sayano-Shushenskaya, en Siberia, al tiempo que la mancha de aceite que contamina el río Yenisei se extiende ya 80 kilómetros, lo que adquiere visos de catástrofe ecológica.
El número de víctimas mortales, reconocido oficialmente esta noche, asciende a 11 personas, una más que en los datos proporcionados ayer por el Ministerio de Situaciones de Emergencia, a cargo de las labores de rescate.
Sin embargo, en el segmento ruso de Internet –acorde con la vertiginosa difusión que adquiere el fenómeno de la información horizontal a través de blogs y otras fuentes alternativas, con base en el testimonio de los propios deudos, circula una relación de 24 personas que perdieron la vida en el accidente.
También se elaboró una lista de 59 personas desaparecidas y, en opinión de expertos, es muy difícil que alguna pudiera sobrevivir en el agua helada del embalse, a sólo 4 grados centígrados, o en la destruida e inundada sala de turbinas, aun en el supuesto poco probable de que se hubieran originado una suerte de burbujas de aire.
Esto significa que el accidente en la Sayano-Shushenskaya, la mayor hidroeléctrica de Rusia, pudo haberse cobrado la vida de más de 70 personas.
Hasta ahora no es claro qué provocó la explosión de un transformador, lo que a su vez desencadenó la avería. Al no encontrar rastros de sustancias explosivas, la procuraduría rusa excluye que se haya tratado de un atentado, mientras los expertos adelantan como probable causa del accidente el aumento de la presión hidráulica y otras hipótesis de eminente carácter técnico.
El desastre puso de relieve la urgencia que tiene el gobierno de Rusia de emprender la hasta ahora postergada modernización de la infraestructura heredada de la era soviética, la mayor parte en estado deplorable, sin lo cual no será posible evitar nuevos accidentes en otras centrales de energía, aeropuertos, óleo y gasoductos, vías férreas y en el Metro de Moscú.
Se deteriora el Cáucaso
Entretanto, después del sangriento atentado que cometieron el lunes pasado en Ingushetia dos atacantes suicidas, el deterioro de la situación en el Cáucaso del norte devino el mayor dolor de cabeza para el Kremlin.
Para tratar de frenar la violencia y el auge del islamismo radical, apoyado por la guerrilla separatista chechena, el presidente Dimitri Medvediev designó hoy al general Arkadi Yedelev, viceministro del Interior de Rusia, como coordinador de todas las fuerzas de seguridad en Ingushetia con carácter temporal
.
Es el peor error que pudo haber cometido el Kremlin
, comentó Magomed Mutsolgov, activista ingush de derechos humanos, por las nuevas funciones de Yedelev, tras recordar que en el periodo en que el general encabezó el cuartel operativo de las fuerzas federales en Chechenia, en Hankala, en ese sitio se produjo el mayor número de desapariciones de civiles detenidos por supuestos vínculos con la guerrilla separatista.
El titular del Kremlin también nombró a otro general ruso, Víktor Zhirnov, como ministro del Interior de Ingushetia y muchos agentes en otras zonas del país recibieron instrucciones de trasladarse, asimismo temporalmente
, a la república norcaucásica, en un intento por poner orden
desde fuera, ante la incapacidad de las autoridades locales.
El reajuste policial en Ingushetia, ordenado desde Moscú, fue recibido hoy con dos atentados con bomba, esta vez, en Daguestán, otra república del Cáucaso del norte. En uno murió un policía y seis sufrieron lesiones diversas y, el otro, dejó cuatro policías y un civil heridos.
En lo que va de año, según datos oficiales, en Daguestán se registraron 128 ataques contra policías, en los cuales murieron 54 y 93 resultaron heridos.