Pide AI a las autoridades derogar dicha práctica; la califica de cruel y degradante
Sábado 22 de agosto de 2009, p. 22
Kuala Lumpur, 21 de agosto. Una musulmana condenada por un tribunal islámico a recibir seis azotes por beber cerveza pidió que su castigo sea en público, un caso que provocó que la organización humanitaria Amnistía Internacional (AI) instara a las autoridades de Malasia a que no se le aplique la sentencia y que derogue
dicha práctica, que calificó de cruel y degradante
.
Kartika Sari Dewi Shukarno sería la primera mujer azotada bajo las leyes islámicas que son aplicadas a los musulmanes malasios, que constituyen 60 por ciento de los 27 millones de habitantes.
Shukarno dijo que la sentencia le provocó un gran estrés pero que respeta la ley que prohíbe que los musulmanes beban alcohol y que está decidida a recibir su castigo.
Madre de dos niños, la también modelo deberá pagar mil 420 dólares de multa, y además pidió que su castigo, que se realiza en prisión, sea hecho en público. “Nunca lloré cuando fui sentenciada. Me dije a mí misma, ‘muy bien, entonces, continuemos’”, declaró.
La mujer de 32 años fue encontrada por las autoridades religiosas bebiendo en un hotel en Kuantan, la capital del estado de Pahang, el 11 de diciembre de 2007, durante una redada. Ella declaró que había tomado tres vasos de cerveza antes del operativo.
El caso ha generado diversas opiniones en Malasia sobre el castigo que enfrenta Shukarno bajo las leyes islámicas; algunos consideran que son demasiado severas. La corte islámica dijo que el castigo debe tener lugar en un plazo de siete días a partir del lunes.
Shukarno deberá permanecer en una cárcel para mujeres hasta entonces y luego será liberada.
En este sentido, AI urgió a las autoridades de Malasia a que no azoten a la mujer y que deroguen ese castigo cruel y degradante
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Según un comunicado de la organización humanitaria, dar azotes es una forma cruel, inhumana y degradante de castigo y está prohibido por las leyes internacionales de derechos humanos
.
Los latigazos se dan en las nalgas y causan heridas y desgarramientos en la piel, dejando cicatrices. Sin embargo, en Shukarno se utilizará un látigo algo más ligero del que se usa con los hombres, con el objetivo de educar más que castigar
, según las autoridades.
Pese a la prohibición, los musulmanes pueden verse bebiendo alcohol en bares y discotecas en varias ciudades como el caso de Kuala Lumpur, donde este tipo de leyes son más relajadas.