De acuerdo con las primeras investigaciones de la Procuraduría General de la República (PGR), se presume que el asesinato del diputado perredista Armando Chavarría Barrera se trató de una venganza de carácter personal, y que fueron dos los tiradores que lo ultimaron el pasado jueves en Guerrero.

“No había antecedente alguno de amenazas en contra del también ex secretario de Gobierno; era un político destacado, un hombre que tenía una proyección, inclusive podría haber llegado a ser el próximo gobernador; era un hombre que tenía un arraigo muy fuerte en el estado.

En términos de la investigación, en este momento no tenemos ningún indicador o algún elemento que nos muestre que su asesinato pudiera ser una disputa de naturaleza política, ni del crimen organizado. Todo indica que podría ser un problema muy personal del funcionario, afirmó Víctor Emilio Corzo Cabañas, subprocurador de Control Regional, Procesos Penales y Amparo, de la PGR.

Entrevistado durante los trabajos de la 22 Conferencia Nacional de Procuración de Justicia, realizada en la ciudad de Mérida, el funcionario explicó que de acuerdo con lo comprometido por el gobierno de Guerrero, desde el pasado jueves arribó a esa entidad un grupo especial integrado por agentes del Ministerio Público Federal, policías investigadores y peritos.

Sin embargo, indicó que la labor de la PGR enfrentó algunas dificultades hasta el pasado viernes, debido a que las exequias se llevaban a cabo dentro de la ca-sa del legislador, y fuera de su domicilio fue donde ocurrió el homicidio.

Indicó que por esa circunstancia, y tomando en consideración las costumbres de la familia del diputado guerrerense, fue que no se ordenó cercar toda el área, lo que impedió reconstruir la escena del crimen y llevar a cabo los cálculos acerca de los ángulos de disparo.

Corzo Cabañas apuntó que si bien apenas comenzaron los trabajos de investigación del personal de la PGR, adelantó que en el homicidio se utilizaron dos armas.