Opinión
Ver día anteriorMartes 25 de agosto de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Lo que somos capaces
C

ómo creen: la verdad es que las personas que murieron en Acteal en diciembre de 1997 fueron víctimas de una epidemia local; la prueba es que quienes habían sido acusados (injustamente) de homicidio fueron ya exonerados y liberados por la Suprema (es decir, inapelable) Corte de Justicia de la Nación. Si no se hubiera corregido el error a tiempo, dentro de unos años ese episodio de violencia inventada y represión ficticia habría llegado a las páginas de los libros de texto como un hecho real y habrían sido necesarios muchos esfuerzos para corregirlo, como los que tuvieron que hacer los intelectuales del Lic. Salinas y del Dr. Zedillo para sacar de la historia oficial a personajes míticos como El Pípila y los Niños Héroes.

La masacre de Acteal no existió nunca y la Conquista de México, tampoco. Pero hablar mal del país es para muchos no sólo un esfuerzo cotidiano; hasta de eso viven, diría yo. Lo bueno es que, como parte del compromiso del gobierno federal para que haya una mayor calidad en la educación, y en aplicación de la Reforma Integral de la Educación Básica (RIEB), se eliminó de los libros de historia de sexto año de Primaria los pasajes referentes a ese suceso y a otro periodo igualmente imaginario, los tres siglos de la dominación española. La verdad es que los pueblos indios que habitaban el territorio de lo que hoy es México se integraron a la comunidad internacional a partir de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, pero debemos multiplicar el esfuerzo por mostrar con claridad y seguridad las enormes ventajas que tenemos respecto de otros países y regiones.

Por ejemplo, en algunos casos la plaza de maestro se resolvía con una palanca, con una influencia, con un contacto, con un compadre, y eso se está acabando: hoy, para llegar a una subsecretaría de Educación Pública, se requiere únicamente de una suegra. Al inicio de este gobierno sólo uno de cada cinco tenía espacio en la universidad; es decir, que no había suficientes planteles para albergar a los jóvenes mexicanos. Por eso, la SEP anunció en días pasados un recorte presupuestal de 800 millones de pesos a las universidades, para que sean esas mismas instituciones las que vayan definiendo, con su buen juicio y criterio, los rubros que se verán afectados.

Parece que el esfuerzo lo hacemos para que México aparezca, precisamente, como un punto de gravedad y de contraste notable con otros países. En agosto de 2008 se firmó el Acuerdo Nacional por la Seguridad. Ese año ocurrieron 3 mil 742 ejecuciones en el país. En los 12 meses siguientes el número creció a siete mil 296, pero eso sólo representa doce homicidios por cada cien mil, mientras en ciudades como Nueva Orleáns la tasa es de 67 homicidios por cada 100 mil habitantes.

La economía se cayó 10.3 por ciento en el segundo trimestre de 2009, un hecho sin precedentes en 75 años, y 9.2 por ciento en el primer semestre. Pero las ventajas que tiene México quedarán bien claras, no sólo en la medida que gobierno y sociedad nos empeñemos en fortalecerlas día a día, y en eso estamos empeñados, sino también el día en que las mexicanas y los mexicanos nos decidamos a hablar todos con objetividad y con claridad de las cosas buenas. El futuro de México se construirá en la medida en que logremos mostrar verdaderamente lo que somos capaces.