Evolución de la pobreza integrada (MMIP) 2000-2008
Comparación con la evolución anunciada por Coneval
as fuertes diferencias entre los niveles de pobreza que identifican el método foxista y el MMIP (método de medición integrada de la pobreza) y que comenté en la entrega anterior para el año 2008 se manifiestan también cuando se analiza su evolución. En la gráfica se presenta la evolución 2000-2008 con ambos métodos. En ella resaltan las enormes diferencias en el porcentaje de población identificada en pobreza en ambos métodos en todos los años. Pero además, las diferencias cambian con los años: empiezan siendo (2000 y 2002) de alrededor de 23 puntos porcentuales, suben mucho en 2004, 2005 y 2006 (alrededor de 29 puntos) y bajan un poco en 2008 (casi 27 puntos).
Cuentan, además, dos historias distintas: a) la versión foxista es la historia de un descenso espectacular y sostenido, encuesta tras encuesta, durante el gobierno de Fox (una reducción de 11 puntos porcentuales equivalente a 20.5 por ciento del dato inicial), seguido por un importante repunte en los dos primeros años del de Calderón (4.8 puntos porcentuales equivalentes a 11.3 por ciento del dato de 2006), que ubica el nivel de pobreza en 2008 (antes de la crisis), 6.2 puntos porcentuales por debajo del año 2000, un descenso relativo de 11.6 por ciento respecto del dato de 2000. Calderón habría perdido más de la mitad de lo ganado por Fox. Sin crisis, sin embargo, los gobiernos panistas habrían reducido la pobreza en el país significativamente. b) La historia del MMIP es que, durante el gobierno de Fox (2000-2006), hubo una reducción de la pobreza no espectacular y no sostenida, sino con fluctuaciones, de sólo 5 puntos porcentuales que equivalen a 6.5 por ciento del dato inicial, menos de la mitad de la reducción absoluta y menos de la tercera parte de la reducción relativa de la versión foxista. En pocas palabras una reducción lenta. El repunte durante los dos años de Calderón es también menos fuerte (un aumento de 2.8 puntos porcentuales equivalentes a 3.9 por ciento, poco más de la tercera parte del incremento relativo de la versión foxista). El periodo termina muy cerca de donde empezó en 2000: 2.2 puntos porcentuales abajo (74.2 por ciento contra 76.4 por ciento), equivalentes a sólo 2.9 por ciento del dato de 2000, menos de la tercera parte de la reducción relativa del procedimiento foxista.
Entre 2002 y 2004, la diferencia entre los dos métodos se magnifica, ya que el foxista muestra un descenso de la pobreza y el MMIP un aumento. Al descomponer el movimiento nacional entre urbano y rural entre esos dos años, aparece claro que el descenso nacional en la pobreza foxista se explica exclusivamente por un fuerte descenso en la pobreza rural (de 64.3 por ciento a 57.4 por ciento), ya que la urbana permanece sin cambio. En el MMIP, en cambio, la pobreza rural permanece constante entre ambos años y la urbana aumenta significativamente (de 66.8 por ciento a 71.2 por ciento). Ratificando lo que indiqué en la entrega del 14/08/09, el descenso espectacular en la pobreza rural que se habría logrado durante el gobierno de Fox es, sobre todo, un espejismo muestral, una ilusión estadística. Ahora añadimos que esta ilusión afecta más al método foxista de medición, en el cual la evolución de la pobreza depende sólo de dos variables: la evolución del ingreso nominal de ciertos grupos de la población y de los precios (sólo) de los alimentos. En cambio, la evolución de la pobreza en el MMIP depende de varias decenas de variables, entre ellas los movimientos de los precios de muchos bienes y servicios. Por lo que hace a las diferencias en el movimiento en la pobreza urbana, se requiere de un análisis detallado para explicarlas.
Las diferencias en los resultados, tanto de niveles como de evolución de la pobreza entre ambas mediciones, se explican por diferencias en la fijación de las normas mínimas (umbrales) que deben cumplir los hogares o personas para no ser considerados pobres (explicación central del nivel) y por diferencias de método (explicación principal de las diferencias en la evolución). En cuanto a las diferencias de nivel, éstas se eliminan a casi cero, como comenté en la entrega anterior (21/08/09), si en el método foxista se utiliza lo que Araceli Damián y yo hemos llamado la LP3 (línea de pobreza 3) corregida. La LP3 la recortó el entonces subsecretario de la Sedeso, Székely, y requiere corregirse porque en el procedimiento del Comité que la propuso hay un error. La LP3 estaba, en el año 2000, 85 por ciento por arriba de la LP de patrimonio (originalmente LP2 del Comité) y 48.4 por ciento por arriba de la LP3.
La importancia de los umbrales resalta, también, en las conclusiones a las que llegué en el ejercicio de simulación que realicé en 2007 consistente en comparar la medición de la pobreza del MMIP con la que resultaría de la reducción de prácticamente todos los umbrales en cada una de las dimensiones del método:
Los umbrales cuentan y cuentan mucho. No es el procedimiento el que produce, en lo fundamental, bajos o altos niveles de pobreza; por el contrario, son las condiciones de la realidad viviente y los umbrales seleccionados para identificarla, los que determinan sus niveles medidos. Casi cualquier incidencia de pobreza puede ser obtenida si uno modifica los umbrales. Pero los umbrales no son juguetes; no son irrelevantes. Si la política focalizada contra la pobreza en México pasase a ser mucho más dominante de lo que es ahora en la política social, los niveles de los umbrales serían determinantes del universo de personas que podrían tener alguna esperanza de mejoría. Entre más bajos los umbrales, menor será el número de personas que serían beneficiadas por los programas especialmente definidos para focalizarse a los pobres. Muchas vidas pueden perderse por la reducción irresponsable de algunos umbrales, reducción hecha con el fin de obtener un nivel calculado de pobreza en el país que sea aceptable para algunos grupos políticos y algunos intereses económicos. Esto es lo que Amartya Sen quería prevenir cuando, en Pobreza y hambrunas (1981) argumentó fuertemente contra la definición de política de la pobreza. Los pobres no son aquellos de los cuales un régimen político dado quiere (o puede) hacerse cargo: ésta es una realidad independiente de la capacidad o voluntad de los gobiernos para atenderla. Es irresponsable reducir la realidad a dicha capacidad (o voluntad). La lección aprendida es que la elección del método tiene que ser separada de la elección de umbrales y ponderadores. Cualquier método, con algún conjunto de umbrales y algún conjunto de ponderadores [en los métodos multidimensionales], puede producir cualquier nivel de pobreza” (Julio Boltvinik, Medición Multidimensional de la Pobreza. Una propuesta Metodológica para México de acuerdo a los requerimientos definidos en la Ley para el Desarrollo Social, en libro en prensa de El Colegio de México y Coneval).
Aunque, en efecto, diversos métodos pueden llegar a similares o iguales niveles de pobreza, serán diferentes los hogares identificados como pobres en uno y otro método y los métodos unidimensionales de ingresos identificarán un universo sesgado de hogares, pues como dijo Hegel, la verdad es el todo.