Los trabajadores despedidos por el grupo parlamentario del PRD liberaron ayer las oficinas del tercer piso de la Cámara de Diputados, luego de que 100 de ellos obtuvieron su liquidación completa, al mantener hasta el final un movimiento que duró cuatro días.

De los 408 trabajadores despedidos, sólo 80 y 20 asesores mantuvieron la toma de las oficinas hasta este sábado, previamente a la instalación de la 61 Legislatura, una vez que la esposa del diputado Guadalupe Acosta Naranjo, Sonia Nohelia Ibarra, finalmente aceptó pagar el bono de fin de legislatura y 20 días adicionales por año laborado.

Ello evidenció que, como habían demostrado los empleados, sí existían recursos para el pago completo de las prestaciones laborales, y que –como acusaron diputados– la corriente Nueva Izquierda ocultó el manejo de las finanzas de la bancada que ya concluyó sus funciones.

Los trabajadores, además, reprocharon que en la reunión plenaria de la diputación del PRD para la 61 Legislatura, Francisco Hernández Juárez, quien tiene 33 años al frente del Sindicato de Telefonistas, pidió la palabra para preguntar: “¿Hasta cuándo van a desocupar los trabajadores las oficinas? ¿O vamos a despachar en el lobby?”