Los grupos parlamentarios en la Cámara de Diputados acordaron que la recepción del tercer Informe de Felipe Calderón se lleve a cabo esta tarde, una vez instalada la sesión de Congreso General y que, por acuerdo de la mesa directiva, se abra un receso para que los legisladores cumplan el protocolo en una reunión breve con el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, quien entregará el documento en el Salón de Protocolo.

El acuerdo incluye un previo posicionamiento de los grupos parlamentarios sobre el estado político y económico del país.

Ceremonia ordenada: PAN

En entrevista, la coordinadora del PAN, Josefina Vázquez Mota, confió en que la recepción del Informe se dé en un entorno muy institucional, como en la instalación de la Cámara el sábado pasado. Los acuerdos se están cerrando para la entrega del informe del Presidente, a través de quien él designe; en todo caso podría ser el secretario de Gobernación o la persona que él determine de su gabinete, y seguramente habrá posibilidad de expresar los diferentes posicionamientos de los grupos parlamentarios, dijo.

La legisladora de Acción Nacional evaluó que si se logran acuerdos para llevar la ceremonia de manera ordenada, también podremos lograr un buen inicio en la Cámara de Diputados, y sería ésa una señal que esperan muchos mexicanos en cuanto a fortalecer y respetar la vida institucional.

Mientras, desde ayer priístas y petistas anticiparon una postura crítica hacia los espots en los que, desde hace dos semanas, Calderón asegura –por ejemplo– que su gobierno ha creado 500 mil empleos temporales, cuando sólo el primer semestre de este año 800 mil personas fueron despedidas de sus trabajos.

Son cuentas alegres y representa un insulto para los mexicanos; eso no abona de ninguna manera a entender que la realidad de este país es otra. Nos presenta una versión de un México que no existe y eso es muy preocupante, expuso el coordinador del PT, Pedro Vázquez.

Por su parte, el diputado priísta Jorge Carlos Ramírez Marín evaluó que la presentación del tercer Informe de Calderón se da en el contexto de un país atemorizado, casi paralizado en su economía, por lo que el Ejecutivo no sólo debe expresar una profunda preocupación ante la ola de violencia, sino también plantear una estrategia para sacar adelante a México.

En tanto, el dirigente nacional del PRD, Jesús Ortega Martínez, confió en que el tercer Informe de gobierno de Felipe Calderón sea objetivo. Si el Presidente de la República lo es, va a tener que ser un Informe realista, que dé cuenta del fracaso de la política económica y en materia de seguridad, y que muchos de los planes que se planteó no han tenido éxito.

El resultado de la política calderonista, señaló, se demuestra con que México está al borde de una catástrofe de gran magnitud desde el punto de vista económico. Es evidente que muchas familias han perdido el empleo e ingresos y hay mayor pobreza.

Ortega anticipó que no asistirá a Palacio Nacional a la presentación del mensaje político que dará Calderón, y también advirtió que el PRD no aceptará aumentos de impuestos ni nuevos gravámenes. En un escenario de grave deterioro económico, me parece de lo más torpe una política de imponer más carga a los empresarios, a los trabajadores y a la ciudadanía, sostuvo.

Para el Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (Cilas), el rito de la mentira presidencial se cumple puntualmente con la entrega del tercer Informe de gobierno, en el que una vez más este mandatario intentará hacernos creer las bondades de su mandato, pero la farsa muestra el evidente punto débil: en el año más reciente, un millón de personas quedó sin empleo, y con ello crecieron la pobreza, el trabajo precario y la drástica caída del nivel de vida de los mexicanos.

El centro aseguró que el Presidente miente cuando afirma que la crisis es sólo producto de la debacle mundial del capitalismo, cuando en realidad es consecuencia de la imposición, en nuestro país, de la más rígida ortodoxia neoliberal, política que ha dejado al país en ruinas, sin industria propia, con una producción agrícola destruida, importador de la mayoría de los bienes de consumo, con una política económica que sólo sirve a los grandes capitales y con orientaciones laborales que provocan la baja de los derechos de los trabajadores y los salarios.

A esta serie de declaraciones entró también la Iglesia católica. La Arquidiócesis de México consideró que ante la crisis económica que se enfrenta, al país le urge que el presidente Calderón revise su Plan Nacional de Desarrollo y lo adecue a las nuevas necesidades económicas que enfrenta la nación, porque obviamente hay muchas cosas que ya no son vigentes y la economía no es la misma.

Enrique Méndez, Alma E. Muñoz, Patricia Muñoz y Gabriel León