En México sólo 10 por ciento de la población ha tramitado su testamento, a pesar de que quien muere sin testar hereda problemas, conflictos familiares o desamparo, además de que un juicio testamentario puede durar hasta 20 años, destacó el subsecretario de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Daniel Cabeza de Vaca.

Al inaugurar la campaña nacional Septiembre, mes del testamento, el funcionario admitió que aunque desde hace 444 años se dio por primera vez difusión pública a la institución del testamento, este recurso está aún lejos de convertirse en un hábito social, pese a ser primordial para evitar problemas, como los conflictos entre familia.

No pienso morirme por el momento es, dijo Cabeza de Vaca, una de las justificaciones más socorridas por quienes se resisten a hacer su testamento, aunque, añadió, objetivamente el testar ni nos acerca ni nos aleja de la muerte. Es difícil que podamos cambiar la percepción generalizada sobre la muerte o que erradiquemos el temor que inspira, pero sí podemos contribuir a vencerlo; a que, a pesar de él, las personas hagan su testamento porque es un acto de amor y protección a su familia, porque es una obligación ciudadana, apuntó.

Ante especialistas que se reunieron en las oficinas de la Secretaría de Gobernación, Cabeza de Vaca consideró que la principal obligación de los mexicanos como personas es proteger a nuestra familia y como ciudadanos, es ejercer nuestro derecho en el marco de la ley.