Jesusa Rodríguez y Liliana Felipe llevan la segunda temporada de su montaje al museo
El científico sondeó las creencias religiosas de los casi 250 asistentes
Me diste raciocinio y pocas pruebas
, una de las respuestas
El espectáculo se presentará hasta el 10 de octubre
Me habían dicho que los mexicanos se ríen de su desgracia, pero no lo había vistoFoto Liliana Felipe
Sábado 5 de septiembre de 2009, p. 6
Dios apareció en la Universidad Nacional Autónoma de México. ¿Se equivocó de templo? No. Llegó a dialogar con unas 250 personas reunidas en el museo de ciencias, luego de haberles hecho un sondeo en el cual, entre otras cosas les preguntaba cómo se enteraron de su existencia y si tenían alguna sugerencia para mejorar la calidad de sus servicios.
Charles Darwin fue el primero en aparecer, acompañado de su solícita asistente. Apenas subió al escenario, advirtió al público: A mi edad puedo decir lo que se me dé la gana porque mañana lo puedo desmentir
.
Jesusa Rodríguez y Liliana Felipe montan el espectáculo Diálogos entre Darwin y Dios los viernes y sábados en el Universum. Tras una exitosa primera temporada, ahora están en la segunda.
Jesusa Rodríguez interpreta a Darwin y a Dios, mientras la compositora y cantante Liliana Felipe la acompaña al piano. Lucy y otro Australopithecus afarensis, habitantes del Universum, observan al público desde el escenario. De vez en cuando Darwin se dirige a ellos.
Jesusa Rodríguez ha estado investigando, leyendo, conversando con conocedores de la materia, para armar este espectáculo con rigor científico y a la vez mucha imaginación.
Teórico de la involución
Desde hace varios meses, Darwin se ha presentado en varios sitios, como el Museo de la Ciudad de México. Desde distintos escenarios ha explicado, con una buena dosis de humor, su visión científica; ha denunciado que México es el único país que involuciona
, y lo ha comprobado mediante el mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central. Así lo hace también en el Universum, donde muestra en una pantalla la imagen del mural: los rostros han cambiado, Benito Juárez ha involucionado en Ulises Ruiz, por mencionar sólo uno del vasto universo de personajes poderosos que usurparon el mural de Diego Rivera y nuestro país.
Ante las carcajadas del público, el científico inglés confesó: Me habían dicho que los mexicanos se ríen de su desgracia, pero no lo había visto
.
Y exhorta: Quiero que este país se deje de simulaciones. Basta ya de hipocresía
, y el bien informado caballero inglés cita ejemplos, entre ellos, la guardería ABC y el caso Acteal.
Finalmente, recordó que en el mural de Rivera la frase original adjudicada a Ignacio Ramírez, El Nigromante, era no hay dios
, la cual fue borrada. Darwin preguntó quién estaba de acuerdo con devolver al mural la frase original. La mayoría levantó la mano. El científico invitó a todos a entrar a www.granuniondelibrepensadores.org.
Ese sábado, también una mayoría aseguró no creer en Dios. Y fue ahí cuando comenzó la revisión de los cuestionarios. Por ejemplo, acerca de la existencia o no de Dios, los presentes opinaban: me diste raciocinio y pocas pruebas
; para mí no existe, sólo creo en lo que me rodea y en lo que puedo palpar
, y en los comentarios o sugerencias: que venga a vivir a la Tierra, a una zona marginada, como Chimalhuacán, para que vea
; que se ponga las pilas
; Internet público y gratuito
; que revise el equilibrio de fuerzas entre el bien y el mal
; que para la próxima no trate de hacernos perfectos
; déjenlo en paz, ya tiene mucho trabajo
; que haga una página de Internet
; que venga a la Tierra y baile un eslam
; “que mejore su departamento de preguntas y sugerencias y le baje al marketing”; una línea directa y un sitio de Google
; descargas de consejos vía celular
; no tengo nada para sugerir, porque Dios es perfecto
, y uno no habla con Dios, ¿qué preguntas son estas?
Y apareció Dios. Y le dijo al joven Carlos, sentado en la segunda fila, quien antes había levantado la mano para indicar que creía en él: ¿Qué castigo quieres que le pongamos a los ateos?
–No los castigues, perdónalos –lanzó el buen cristiano.
Y por más que Dios intentó tentarlo para que les pusiera un buen castigo, no lo logró. Tarde o temprano van a creer en ti
, aseguró el muchacho.
Sólo porque Carlitos vino a la Tierra para el perdón de todos ustedes
, sentenció Dios. Y se escuchó una voz en el público: Gracias, Carlos
.
A un señor que dijo no creer en él, Dios lo interrogó:
–¿Tiene pruebas de que Dios no existe?
–No.
–¿Entonces?
–Si existiera no permitiría el desbarajuste de la economía, la pobreza...
–Eso es Carstens.
–No habría muertos de hambre, cuando tienes trasnacionales tirando alimentos –refutó, muy serio.
Al final, se armó una bolita de gente alrededor de Darwin, queriéndose tomar una foto de celular con él.
Diálogos entre Darwin y Dios se presenta los viernes y sábados a las 19 horas, hasta el 10 de octubre, en el Museo de las Ciencias Universum. La obra es para mayores de 18 años. 5622-7268. www.universum.unam.mx. Zona Cultural de Ciudad Universitaria.