Se dio un conato de bronca que se trasladó al graderío del estadio Cuauhtémoc
El directivo poblano Ricardo Henaine fue al vestidor de los silbantes e insultó a Erim Ramírez
Lunes 7 de septiembre de 2009, p. 3
Puebla, Pue., 6 de septiembre. Las Chivas de Francisco Ramírez siguen sin ganar y a duras penas, empujadas por el polémico silbante Erim Ramírez, rescataron un agónico empate 2-2 en la cancha del Puebla. que se mantiene como el único equipo invicto del torneo.
Al término del encuentro, el directivo poblano Ricardo Henaine se plantó ante el vestidor de los árbitros, golpeó la puerta a puñetazos e insultó al juez central Ramírez por haber agregado cinco minutos e inventar la falta que derivó en el gol del empate: ¡Ratero, abre culero, hijo de tu puta madre... Eres un ratero, sal si eres hombre!
Hasta que el Chelís acudió a retirarlo y lo condujo al vestidor del equipo local para calmarlo.
Las anotaciones del equipo de la franja fueron de Alejandro Acosta, al minuto seis, y de Jared Borgetti, al 20. Por el Guadalajara marcaron Omar Bravo (nueve) y Omar Arellano, al 95 de tiempo corrido.
Los Camoteros se fueron con sabor amargo, entre un conato de bronca que se trasladó al graderío del estadio Cuauhtémoc. El equipo de casa tuvo dos veces la opción de clarificar la victoria, pues primero Borgetti falló un penal que habría significado el 3-1, y luego Nicolás Vigneri estrelló su remate en el poste.
No obstante, el partido fue emotivo y agradable porque tuvo dinámica, cierta rispidez y muchas llegadas hacia los marcos.
Muy temprano comenzó la tribuna a celebrar. Al minuto seis el Puebla ganó un tiro de esquina que cobró Gilberto Mora y Óscar Velázquez remató con la cabeza tras aprovechar un error de Héctor Reynoso; el portero Luis Michel rechazó pero sólo para que Alejandro Acosta echara a andar el tablero.
Chivas reaccionó de inmediato. Omar Bravo emparejó los cartones (1-1) al utilizar un rebote en el área, sacó un fogonazo de zurda que se incrustó en el ángulo superior derecho, sin dar oportunidad de nada al portero Jorge Villalpando.
Después fue un incesante ir y venir. Javier Chicharito Hernández aplicó un vistoso sombrerito al guardameta local, pero el esférico se fue hacia un costado y todo quedó en un susto.
De nueva cuenta los dirigidos por José Luis Sánchez Solá tomaron la delantera tras un centro de Carlos Ruiz; el Pescadito sacó un servicio que parecía inofensivo, pero que resultó letal después de que el portero Luis Michel se fue en falso, mientras atrás aguardaba como zorro cazador Borgetti, quien sólo tuvo que dar dirección con la cabeza, para el 2-1.
El conjunto tapatío peleó con afán y encontró huecos por el carril derecho, mientras el equipo local se defendió como pudo para conservar la ventaja.
El silbante Erim Ramírez amonestó injustamente a Carlos Ruiz, al minuto 31, por inexistente falta. El juego rudo ya había hecho su aparición en pequeños roces, pero un accidental choque de cabezas entre Gonzalo Pineda y Borgetti, obligó a un sutura en la ceja derecha del sinaloense.
Para el complemento, el golpeado Jared dejó ir inmejorable opción. Recibió un jalón de playera en el área y Ramírez decretó la pena máxima. El propio delantero fue al cobro, pero su disparo resultó sin fuerza y a Luis Michel le bastó con lanzarse a la derecha para contener.
Al 58 de acción los Camoteros se quedaron con un hombre menos ante la expulsión de Felipe Ayala, quien recibió su segundo cartón amarillo por cometer falta sobre Gonzalo Pineda.
Borgetti salió entre aplausos
Borgetti, pese a su penal errado, se fue entre aplausos y con un parche en la ceja lesionada, y dejó su lugar a Nicolás Vigneri.
Chivas era un vendaval incontenible con Bravo, Amaury Ponce, Chicharito Hernández y cuantos quisieran sumarse con ataques sorpresivos. Sin embargo, el Puebla se dio oportunidad de responder y al 69 Gilberto Mora desperdició un gran servicio de Carlos Ruiz.
Al minuto 87 Vigneri cimbró la meta de Michel con un trallazo que se impactó en el poste derecho. Luego, ante la molestia de la banca poblana, el silbante anunció un alargue de cinco minutos que dio nuevo brío al afán rojiblanco.
El empate llegó en la última jugada. El quisquilloso nazareno marcó una falta cerca del área grande, Amaury Ponce disparó, el portero Villalpando rechazó y Omar Arellano contrarremató para el definitivo 2-2 que desató empellones, patadas y corretizas, aunque las cosas no pasaron a mayores, pues los técnicos buscaron apaciguar a sus pupilos. No obstante, en las tribunas sí hubieron puñetazos y trompadas.