Desde la tribuna del Senado, los grupos parlamentarios del PRI, PRD y PT le exigieron al presidente Felipe Calderón que rectifique en el nombramiento del director de Petróleos Mexicanos (Pemex), ya que Juan José Suárez Coppel es parte del grupo que desmanteló a la paraestatal, la llevó a la quiebra técnica y ahora busca avanzar en la privatización de la principal empresa pública del país.

Pese a las muchas críticas, la bancada del PAN no salió en defensa de Suárez Coppel, ya que la mayoría de sus integrantes no aprueban la decisión presidencial de ponerlo al frente de la paraestatal. Ninguno de los blanquiazuales integrantes de la comisión de energía aceptaba fijar postura. Al final Juan Bueno Torio se vio obligado a hacerlo, pero en su discurso no aludió siquiera al nombramiento y se centró en insistir en que se requiere inversión privada.

Antes, el senador del PRI, Francisco Labastida Ochoa, recalcó que es un error que el Ejecutivo haya designado a Suárez Coppel director de Pemex, pero recordó que es de sabios corregir. Ojalá, insistió, por el bien del país, el Presidente de la República actúe sabiamente y corrija. Con ello crecería.

Mientras, el perredista Pablo Gómez demandó: Pongan a otro, porque Suárez Coppel es el peor para dirigir Pemex

Antes, Graco Ramírez y el petista Ricardo Monreal coincidieron en que hay un evidente pago de facturas de Calderón a grupos de poder político y empresarial, interesados en la entrega del petróleo al capital extranjero.

¿Qué paga Calderón a Roberto Hernández, que le entrega Pemex?, preguntó Ramírez Garrido Abreu ante el pleno senatorial. Cuestionó también que el Ejecutivo federal decidiera dejar la empresa en manos de quien fue rechazado por todas las fuerzas políticas cuando se le propuso como consejero independiente de la empresa, a principios de año.

El perredista sostuvo que la negativa unánime en el Senado se hizo con base en el daño patrimonial que Suárez Coppel causó a Pemex cuando fue su director corporativo de finanzas y benefició con contratos a los hijos de Marta Sahagún, avalado por su pariente, el entonces secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz.

Labastida destacó que el último es tío de Suárez Coppel, y ambos son los autores de la Ley Federal de Derechos, que estuvo vigente hasta 2007 y por la que Hacienda cobraba más de 80 por ciento, no de las utilidades, sino del valor del petróleo y el gas.

La decisión de elevar a 4 millones de barriles por día la producción de Pemex, que originó la rápida caída de la producción petrolera que hoy sufrimos, se impuso cuando Suárez Coppel era director de Finanzas de la paraestatal. De ahí que no fue casual entonces que cuando fuimos consultados si podía ser consejero, unánimemente opinamos que no era el personaje adecuado.

El priísta, presidente de la Comisión de Energía, insistió en que Pemex está prácticamente quebrado, pero lo grave es que ni la reforma energética ni los cambios a la ley federal de derechos se han instrumentado.

Ningún legislador del PAN entró al debate, ni siquiera cuando el perredista Pablo Gómez advirtió que Bueno Torio no había defendido la designación presidencial de Suárez Coppel, pero sí había insistido en que se privatice el petróleo.

Conforme Bueno Torio iba hablando de los problemas de Pemex, me fui dando cuenta de que uno de los peores para dirigir la empresa es justamente Suárez Coppel, reflexionó.