Por varios minutos, el grito de ¡Marcelo!, ¡Marcelo!, resonó por la calle de Donceles. Su llegada a pie al recinto legislativo tomó por sorpresa a las más de tres mil personas que se encontraban detrás de las vallas metálicas colocadas alrededor de la Asamblea Legislativa.

Camarógrafos, fotógrafos y reporteros corrieron a su encuentro, mientras sus elementos de seguridad le abrían paso y él saludaba a la gente que trataba de alcanzarlo con la mano, lo cual fue imposible.

Los que no pudieron verlo de cerca tuvieron que conformarse con su imagen plasmada en una pantalla gigante, colocada en la esquina de Donceles y Allende, aunque los gritos no cesaron hasta que ingresó al recinto legislativo, custodiado por medio centenar de policías que impedía a quien no llevaba el gafete correspondiente acceder a las escalinatas.

A diferencia de los dos años anteriores, las grandes mantas para manifestar respaldo al jefe de Gobierno brillaron por su ausencia. Solamente era visible una de la asociación civil Uniendo Fuerzas, que acudió a apoyar al secretario general del PRD, Jesús Valencia, así como tres cartulinas de colores fosforescentes de comerciantes ambulantes.

El fuerte operativo de seguridad, que cerró el primer cuadro de la ciudad desde temprana hora, impidió estar presentes a muchas organizaciones. De 16 previstas, sólo cuatro lograron pasar el primer retén de seguridad instalado en calles aledañas al recinto. Afuera quedaron trabajadores del gobierno capitalino que demandaban su reinstalación, al igual que sus compañeros de Limpia y Transporte que solicitaban mejores condiciones laborales.

Tampoco pudieron llegar integrantes de la extinta Ruta 100 que exigían solución a su problema, pero fueron interceptados antes de cruzar Eje Central Lázaro Cárdenas y, con la promesa de instalar mesas de trabajo, se desviaron al Zócalo capitalino. De igual forma fueron tratadas las organizaciones de vivienda, a las cuales se les prometió que serían recibidas el próximo martes.

Otra suerte tuvieron Asamblea de Barrios, el Frente Popular Francisco Villa, la Alianza de Colonos y organizaciones de comerciantes, que lograron llegar a la calle de Donceles. Una vez que comenzó la pasarela de legisladores, funcionarios e invitados especiales las consignas cambiaban de un minuto a otro, según el color de los aludidos. Así, lo mismo se pudo escuchar Marcelo, seguro, a la derecha dale duro!, que ¡Ni PRI, ni PAN, poder popular!, aderezados por algunos gritos aislados, como al jefe delegacional de Iztapalapa, Longinos García, al que le espetaron un Pinche panista disfrazado.

Una vez más, sin embargo, los blanquiazules fueron los más repudiados por la multitud, que el notar el paso de la diputada local y presidenta del partido, Mariana Gómez del Campo, comenzaron a gritar consignas contra la pretensión del gobierno federal de incrementar los impuestos a los contribuyentes cautivos: ¡No más impuestos!

Pese a lo largo de la sesión, la gente esperó hasta el último momento para felicitar al jefe de Gobierno, quien abandonó el recinto legislativo entre porras.