El cineasta y Brad Pitt presentaron la película en San Sebastián
Sábado 19 de septiembre de 2009, p. 9
San Sebastián, 18 de septiembre. No importó que amaneciera lloviendo a cántaros: con una barba algo desaliñada y gafas de sol, Brad Pitt firmó hoy autógrafos a los cientos de admiradores que esperaban impacientes frente al hotel María Cristina y, sonriente, siguió saludando entre gritos de quinceañeras a su llegada al Kursaal, centro neurálgico del festival de San Sebastián.
Entre risas y denotando una enorme complicidad con el director Quentin Tarantino, ambos presentaron Inglorious Basterds, que compite entre las Perlas de la sección Zabaltegi.
Pero, aunque no opte a la Concha de Oro y su estreno en San Sebastián coincida con el lanzamiento en salas españolas, el público de la ciudad vasca agotó las entradas a los 20 minutos de que salieran a la venta. Y la expectación que se respiraba en la ciudad ante la llegada de Pitt tan sólo es comparable con la que desató Richardo Gere, hace dos ediciones.
Rodar con Tarantino es divertidísimo
, dijo Pitt durante la rueda de prensa. Es pura energía, no para de moverse, es imposible dormir en el rodaje.
Y el director de Pulp Fiction tampoco escatimó en halagos hacia el actor que encarna al teniente Aldo Raine, jefe de la unidad de judíos bastardos
estadunidenses encargada de matar a tantos nazis como sea posible en esta peculiar visión de la Segunda Guerra Mundial.
Aunque su interpretación quede opacada por la del austriaco Christoph Waltz, quien canceló a última hora su presencia en el festival, porque debía comenzar a rodar a las órdenes de Michel Gondry, está claro que Pitt sigue arriesgando en la elección de sus papeles.
Me interesa buscar cosas diferentes. Lo que me motiva es trabajar con gente a la que respeto y encontrar buenos personajes. Unas veces funciona, y otras no.
Inglorious Basterds, ¿podría ser la obra maestra
de Tarantino?, como él mismo se pregunta al final del filme, o puede que haya muchas más. Eso espero
, dijo Tarantino. De momento, afirma ser el mismo entusiasmado del cine que cuando tenía 18 años, eso sí, más realizado
.
Horas antes del revuelo mediático de Pitt y Tarantino, el festival arrancó con la protagonista oficial de la jornada, la cinta canadiense Chloe, que dio el pistoletazo de salida a la carrera por la Concha de Oro.
Calificado como uno de los renovadores del lenguaje cinematográfico moderno, Atom Egoyan parte de una historia de celos y desconfianza para embarcarse en un viaje de redescubrimiento sensual cargado de erotismo.
En este sentido, Egoyan insistió en la rueda de prensa en la necesidad de ahondar en las relaciones, pues la cinta habla principalmente del modo de reinventarnos en la vida
.
La película, protagonizada por Julianne Moore y Liam Neeson, fue bien recibida por la crítica, pero tampoco desató grandes ovaciones, quizá porque se trata de una cinta menos hermética, con tintes algo más comerciales que sus trabajos anteriores.
Además, en el primer día del festival –que se prolongará hasta el próximo 26 de septiembre– pudo verse la nueva comedia de Woody Allen, Whatever Works.