La iniciativa, que no es vinculante, fue aprobada por 49 votos
Sábado 19 de septiembre de 2009, p. 37
Viena, 18 de septiembre. La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) aprobó hoy por una ajustada mayoría una resolución promovida por los países árabes que reclama a Israel someter su programa nuclear a las garantías de salvaguardia
del organismo, que ha supervisado actividades atómicas de países como Irán y Brasil.
La resolución, que no es vinculante, fue aprobada con el voto favorable de 49 países, entre ellos los miembros árabes del AIEA, Rusia, China y muchas naciones en vías de desarrollo.
En contra votaron 45 países, entre ellos Estados Unidos y sus socios de la Unión Europea, que al principio de la sesión de este viernes trataron de impedir una votación sobre este documento.
Es la primera vez desde 1991 que la Conferencia General de la AIEA aprueba una resolución de estas características sobre Israel.
El documento pide a Israel que se adhiera al Tratado de No Proliferación Nuclear y expresa la preocupación
de la comunidad internacional sobre las capacidades nucleares israelíes
.
Israel es el único país de Medio Oriente que no ha firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear. Desde hace años se sospecha que ese país posee armas atómicas, aunque ninguno de sus gobiernos ha confirmado ni desmentido esta suposición.
Para Irán, la decisión del AIEA representó un triunfo, un momento glorioso
en la historia de los organismos internacionales.
El representante iraní ante el organismo de control, Ali Asghar Soltanie, juzgó que el arsenal israelí es una amenaza potencial para la paz y la seguridad en el mundo y mina la credibilidad del régimen de no proliferación
.
Soltanie expresó además su deseo de que los países occidentales modifiquen su política de las últimas décadas y abran un nuevo capítulo
en el tema.
El delegado israelí ante el organismo, David Danieli, dijo que su país no cooperará con esta resolución y deploró la votación, porque consideró que el objetivo de los países patrocinadores del documento es reforzar las líneas divisorias y las hostilidades políticas en Medio Oriente
.
En Jerusalén, mientras tanto, el enviado especial de Estados Unidos para Medio Oriente, George Mitchell, salió este viernes con las manos vacías, sin haber logrado un acuerdo sobre la congelación de la colonización israelí, considerada uno de los principales obstáculos para la reanudación del diálogo palestino-israelí.
Mitchell concluyó una nueva visita de cuatro días en la región y abandonó discretamente Israel sin hacer el más mínimo anuncio, después de entrevistarse por última vez con el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu.
En las últimas 48 horas, Mitchell se reunió en varias ocasiones con Netanyahu y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, en la ciudad cisjordana de Ramallah, pero no logró convencer al dirigente israelí sobre el tema de los asentamientos, y el líder palestino advirtió que no aceptaría otro acuerdo como condición para restablecer pláticas bilaterales.