¡Qué tiempos aquellos!, Felipe
Hora de reivindicarse con el discurso de hace tres lustros
n la semana que concluye, un diputado tricolor recurrió a lo dicho por un feroz (ex) crítico del sistema para que el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, registrara lo extremadamente limitado que resulta el recorte al gasto burocrático propuesto por el inquilino de Los Pinos, y tomara nota del verdadero objetivo del paquetazo económico 2010. El legislador citó al referido (ex) critico del sistema: “para que el gobierno cuente con suficientes recursos para enfrentar la crisis económica, es necesario un recorte de 30 por ciento a los gastos asignados a todas las secretarías de Estado… El aumento de impuestos y de precios y tarifas del sector público, muy por encima de los incrementos salariales anunciados, indica que el gobierno ha optado por cargar el peso del sacrificio fiscal en los contribuyentes y en los trabajadores”.
Pues bien, se desconoce si Agustín Carstens se dio por enterado, pero lo que sí se sabe es que el (ex) crítico del sistema citado por el legislador tricolor dijo lo que dijo casi tres lustros antes (14 de abril de 1995), y que no fue otro que el actual inquilino de Los Pinos, Felipe Calderón Hinojosa, el mismo que ahora procede exactamente en sentido contrario de lo que tanto cuestionó en aquella ocasión, actitud que, por lo demás, se ha convertido en norma, y el paquetazo 2010 da puntual cuenta de ello, pero no sólo en su caso, sino en el del partido político al que dice pertenecer.
La historia es canija, y casi 15 años después la señora regala una oportunidad de oro al Partido Acción Nacional para que reivindique lo que tanto defendió (cuando menos en el micrófono) luego de que el entonces presidente Ernesto Zedillo presentó su iniciativa de incrementar la tasa de IVA en un modesto 50 por ciento (de 10 a 15 por ciento), y la mayoría priísta la aprobó, con la roqueseñal de cereza en el pastel.
¿Quince años atrás qué decía y qué defendía el PAN en aquellos momentos en los que abiertamente rechazaba la propuesta zedillista de más impuestos? Va un rápido recuento, no sin antes advertir que las coincidencias entre aquellos tiempos y los actuales no son meras casualidades. Va pues:
“Acción Nacional ha rechazado invariablemente la política económica del gobierno tanto en su modelo como en sus programas, que ya han generado una crisis recurrente que ha afectado al pueblo de México, inhiben la posibilidad de un desarrollo humano y justo, y que por el contrario ha provocado un gran costo social. Hoy existe solamente una realidad, querámosla o no, el ingreso personal de la inmensa mayoría de los mexicanos es muy bajo, el desempleo abunda, la carestía nos castiga, la micro, pequeña y mediana empresa está en quiebra o a punto de cerrar. Tenemos una mayor carga tributaria, tasas de interés altísimas, un gasto público sin ajustarse y todo esto derivado de una política errática y aún indefinida.
“La situación que hoy se pretende corregir por parte del gobiern se generó a partir de un proyecto económico equivocado, que más que fomentar una economía sana, floreciente y generadora de desarrollo, ha ocasionado una economía lesiva que ha puesto en grave crisis a la planta productiva nacional. El costo de la crisis ya no puede ser trasladado a la sociedad como hasta hoy, debe corresponder al gobierno absorber la mayor parte de ella. En este modelo que nos propone el Ejecutivo no vemos el sacrificio del sector público, únicamente observamos el sacrificio del pueblo y subrayamos que entre más se empobrece el pueblo, en sentido inverso o directamente proporcional, el gobierno también se debilita. La modificación fiscal afecta con mayor rudeza, desproporción e iniquidad a las clases marginadas... es inflacionaria, disminuye el poder adquisitivo del pueblo, provoca un desorden en la regulación de precios… Hoy todos los sectores sociales sienten y viven los efectos de esta crisis hasta llevarnos a una situación de emergencia.
“Cuando un pueblo se siente bien gobernado, es capaz de aceptar los mayores sacrificios y afrontar los más grandes desafíos. Pero cuando la desconfianza, la imposición, la incomprensión de una medida de gobierno no le convence, simplemente el pueblo la rechaza. Es sabido que estos programas con diferentes definiciones técnicas, sólo han beneficiado a unos cuantos privilegiando el interés particular sobre el general y han socializado la deuda y los costos de los errores del gobierno. Así pues, es tiempo de rectificaciones históricas, ya que no es posible seguir construyendo el destino nacional con base en proyectos ideales de nación, sujetos a caprichos sexenales, despreciando el sentir de la nación real. Hoy, todos estamos pagando el precio de estas oligarquías sexenales. La falta de sensibilidad política para la adecuación de estos compromisos puede derivar en consecuencias todavía más dañinas a la nación. Estamos convencidos que la crisis no sólo es económica, sino política. Hoy estamos frente a la realidad de un gobierno que ha sido desobediente, que no supo escuchar y que no quiso actuar.
“El gobierno se lava las manos, y hoy el pueblo de México, como siempre, tiene que pagar la factura… El Ejecutivo federal nos propone que aprobemos modificaciones (fiscales) a pretexto de garantizar la estabilidad (que se aseguraría si no existiera la impunidad de quienes han manifestado actos delictivos en contra de la seguridad y el patrimonio nacional), confianza (que se tendría si los ex mandatarios no poseyeran esas fortunas multimillonarias), crecimiento (que se lograría si los compromisos históricos de que el gobierno reduzca su gasto y su estructura burocrática se llevaran a cabo), seguridad económica (que estaría presente si al pueblo se le informase verdadera y oportunamente y si el compromiso de simplificar el régimen fiscal se hubiera llevado a cabo)… Hoy se recomienda la restructuración de cuatro secretarías de Estado, lo que nos permite concluir que las propuestas se toman en consideración sólo en los casos de emergencia. El sacrificio que se le solicita al pueblo de México es para pagar la mala administración y la mala conducta del gobierno… ¿Cuál es el objeto de seguir apoyando un programa que ha fracasado rotundamente?”.
Bien, ya es hora de reivindicarse.
Las rebanadas del pastel
De manteles largos por sus cinco lustros, enormes, esforzados, creativos, fructíferos, solidarios. Veinticinco años cumple hoy la más bella del periodismo nacional. ¡¡¡Salud por La Jornada!!! , por su primer cuarto de siglo y los muchísimos más que la esperan. Un enorme y apretado abrazo, con su respectiva felicitación y celebración, para la comunidad jornalera (accionistas, trabajadores y lectores). Un abrazo para todos nosotros.