En 1909, el entonces joven científico presentó la fórmula E=mc2, que revolucionó la física
Martes 22 de septiembre de 2009, p. 3
Viena, 21 de septiembre. Hace 100 años, el 21 de septiembre de 1909 en Salzburgo, al norte de Austria, el joven Albert Einstein presentó por primera vez en público su teoría de la relatividad, publicada en 1905.
En el gimnasio de la escuela Andrae, donde se llevó a cabo la reunión de investigadores en ciencias naturales y médicos alemanes, la famosa fórmula E=mc2 (energía igual a la masa multiplicada por la velocidad de la luz al cuadrado) no causó sensación.
Tras la intervención de Einstein sobre la naturaleza de la materia y de la radiación, uno de los más renombrados físicos de la época, el alemán Max Planck, quien conocía los trabajos de Einstein desde su publicación en Berlín, lanzó una animada discusión en medio de aquel público de futuros ganadores del Premio Nobel, que Einstein recibió en 1921.
Pese a las discusiones, Einstein, de sólo 30 años y quien participaba en su primer congreso, se encontraba en el umbral del reconocimiento internacional.
Empleado hasta entonces en la oficina de patentes de Berna, acababa de ser nombrado profesor en la capital suiza; luego lo fue en Zurich.
Después continuó sus trabajos en Berlín, antes de huir de los nazis en 1933 rumbo a Estados Unidos.
En términos más simples
En París, el colombiano Regino Martínez Chavanz, investigador asociado del Centro Francés de Investigaciones Científicas, comenta cómo puede explicarse en palabras sencillas la teoría de la relatividad: “La teoría de la relatividad se elaboró para responder a dos interrogantes: ¿existe el movimiento absoluto sin relación con nada? La respuesta es no: el movimiento siempre es relativo con referencia a algo. Y, las leyes que rigen los fenómenos físicos, codificadas por distintos científicos en situaciones diversas de movimiento (para alguien en China o en Europa, en Estados Unidos, en Marte, en Venus, o en cualquier parte del universo) ¿son diferentes para cada uno? La respuesta es no: son las mismas en absoluto para todos.
Las leyes físicas son insensibles al movimiento relativo, son absolutas. Por el contrario, para asegurar esta uniformidad absoluta se exige que el movimiento afecte sólo a las medidas de las cantidades asociadas a los fenómenos; es decir, que las medidas sean relativas a cada observador, pero que todos respeten las mismas leyes absolutas que correlacionan a las medidas.
Sobre la innovación que esta teoría propuso, explicó: “Lo novedoso de la teoría, por un lado, fue que extendió a toda la física una vieja y buena teoría de la relatividad, debida a Galileo y Newton, basada en un principio de relatividad de los fenómenos mecánicos frente al reposo y al movimiento relativos. Por otro lado, el marco espacial y temporal que encuadra todos los fenómenos naturales pierde su estatus de absolutividad, quedan entrelazados y vinculados íntimamente con la materia y la energía.
Finalmente, la innovadora teoría, debida a Henri Poincaré (1854-1912) y a Albert Einstein (1879-1955), realizó una síntesis de muchos conceptos que antes eran ruedas sueltas en el ideario del físico.
Bienvenida triunfal
–¿Gozó la teoría de recepción inmediata y positiva?
–Era más que natural que los físicos decimonónicos quedaran petrificados y maravillados ante semejantes afirmaciones de principio del siglo XX, ya muy vapuleado con las novedosas orientaciones de la matemática, la pintura, la escultura y la música. Los jóvenes físicos, todavía sin prejuicios, rebeldes a la autoridad, insumisos a lo tradicional y potenciales iconoclastas, con sólo un puñado de físicos maduros y mutantes, le dieron una bienvenida fecunda, triunfal y militante.
–¿Ha habido innovaciones en la teoría?
–Hoy día, ha sido remozada, extendida y aplicada a todo lo que existe y se mueve, y cada día se porta mejor. Lo que no quiere decir que en los siglos venideros no sea remplazada por otra teoría mejor y acorde con nuevos descubrimientos, sin duda, por esperar. Lo cierto es que los logros de la moderna relatividad de Poincaré y Einstein conservarán su exactitud frente a una futura teoría, de la misma manera que los aportes de la canónica relatividad de Galileo y Newton son correctos en su dominio de aplicación, son mejorados y contenidos en la relatividad y en las otras relatividades por venir.
–¿Qué modificaciones o ajustes se han hecho a la relatividad?
–Como es una teoría abstrusa y abstracta, necesitó la creación de un lenguaje matemático adecuado e innovador. Desde el punto de vista físico, la teoría no ha recibido modificaciones fundamentales, sólo la forma ha recibido algunos ajustes y sistematizaciones que la clarifican. Hasta ahora, todos los experimentos y observaciones han validado los vaticinios de la relatividad y no hay indicios premonitorios de que se deba abandonar o mutar a corto lazo.