Zacatecas, Zac., 21 de septiembre. La guerra de Felipe Calderón contra los cárteles del crimen organizado y del narcotráfico es una caricatura, un montaje que no dará resultados, debido a que el mandatario ha eludido desmantelar las redes corporativas y financieras de las mafias, como han recomendado múltiples organizaciones y convenciones internacionales.

Lo anterior fue expuesto por los catedráticos Edgardo Buscaglia y Samuel González –especialistas en la materia y asesores de la Organización de Naciones Unidas (ONU)– ante más de 500 estudiantes y profesores de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Zacatecas.

“¿Cómo comienzas a combatir patrimonialmente a la delincuencia organizada, cuando esos dineros están en las empresas que financiaron tu campaña? ¿Cómo lo haces? La delincuencia organizada mexicana es la cara sucia del Estado; la delincuencia organizada mexicana es la cara sucia de los empresarios mexicanos más importantes que salen en las revistas continuamente, encumbrados en el poder con sus cárteles legales”.

Buscaglia, criminólogo y profesor del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), afirmó que los siete principales cárteles mexicanos del crimen organizado participan en 78 por ciento de los sectores del producto interno bruto (PIB) en el país, como el agropecuario, minero, químico y de fideicomisos, entre otros, además de tener presencia en 47 países del mundo.

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Consideró que para socavar el poder financiero y patrimonial de estos cárteles, el presidente Felipe Calderón debe tomar en cuenta las convenciones de Palermo y Mérida, que México, como país soberano, firmó y que ponen énfasis en el combate a las redes financieras y patrimoniales, así como a la corrupción política que protege al hampa.

Sólo así, insistió, al igual que Samuel González, de la UNAM, es posible comenzar a construir un gran consenso político con los grupos de izquierda, centro y derecha, si es que realmente quiere combatir al crimen organizado.