La intención del gobierno federal de incrementar los impuestos a la población es una posición equivocada, cuando la economía continúa en un periodo de recesión y otros países que han enfrentado una inestabilidad financiera similar han reaccionado de manera contraria, al conservar sus gastos altos, pero con gravámenes bajos, afirmó el premio Nobel de Economía 2003, Robert Engle.

Al término de su ponencia Estabilidad financiera global y riesgo a largo plazo, en la segunda jornada de la Semana de la Ciencia y la Innovación, organizada por el Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal, recomendó que ese aumento se dirija a las empresas adversas, con alto riesgo, como son los bancos y las compañías de seguros, pues el país se encuentra en un proceso recesivo.

Afirmó que el gobierno tiene la posibilidad de impulsar reformas que le permitan ahorrar dinero. Pienso que en México hay muchas cosas que se pueden hacer para impulsar su economía y no cuestan dinero. Un verdadero motor para el crecimiento futuro del país, que no cuesta nada hacerlo, es hacer más laxas y flexibles las reglas y reglamentaciones en relación con las pequeñas empresas, precisó.

Ante funcionarios de la administración capitalina, académicos, investigadores y estudiantes comentó que todos los países están preocupados de si están o no gastando demasiado en la estructura gubernamental, pero estoy cierto de que puede haber reformas que permitan al gobierno ahorrar dinero, aun cuando no soy experto en la economía mexicana.

Los países que han pasado por una inestabilidad financiera similar a la que se ha vivido desde septiembre pasado en el país han optado por conservar los gastos a nivel alto, pero los gravámenes en posición baja, para que cuando se recupere la economía aumenten los impuestos para que las instituciones financieras se sientan alentadas para hacer préstamos, que es exactamente en los momentos de recesión cuando se estancan y más se necesitan, argumentó el profesor de la Universidad de California.

Señaló que la economía estadunidense está en proceso de recuperación, pero no será robusta ni dramática, sino moderada, porque su industria ha logrado enfrentar el peor de los desenlaces reduciendo su fuerza de trabajo, su mano de obra. Por eso en los hogares es donde se ha sentido la recesión principalmente, la cuestión de las hipotecas, de los ahorros y el desempleo.

Explicó que la crisis económica global fue resultado de no saber medir los riesgos financieros, pues bancos, instituciones hipotecarias y consumidores adquirieron productos poco confiables, en lo cual influyeron grandes incentivos por correr dichos riesgos, y señaló que la pregunta para México es si puede esperar a que todo esto suceda o si ustedes necesitan hacer una economía más expansional, es decir, mayor gasto.

Planteó la necesidad de regular los riesgos del sistema financiero, aunque no de todos, sólo de los que amenazan el sistema en su conjunto, y definir reglas y una estructura regulatoria; así como la posibilidad de crear un fondo con ingresos fiscales para rescatar empresas.