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La sangre de las asesinadas en Juárez recaerá en el Senado, dicen

Luto entre organizaciones de mujeres
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Protestas contra la aprobación del nombramiento del nuevo procuradorFoto María Meléndrez Parada
 
Periódico La Jornada
Viernes 25 de septiembre de 2009, p. 5

Toda la sangre de las mujeres asesinadas está recayendo en el Senado, sentenció Yuridia Rodríguez, del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, cuando anunció desde un micrófono instalado en la calle Donceles que Arturo Chávez Chávez fue ratificado por el grueso de los senadores como procurador general de la República.

La activista formó parte del grupo de representantes de organizaciones civiles que ayer desde las 11 de la mañana se dieron cita en ese lugar para protestar por el nombramiento de quien –acusaron– actuó de manera omisa como procurador de Chihuahua para investigar los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez.

Lo desconocemos, no podemos avalar la impunidad, argumentaron quienes tomaron el micrófono afuera de la casona de Xicoténcatl, cuando se enteraron de lo ocurrido.

Luz Estrada, coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, advirtió que acudirán a organismos internacionales para protestar e intentarán someter a juicio político a los legisladores que avalaron la designación de Chávez Chávez.

Las mujeres, pertenecientes además a la Academia Mexicana de Derechos Humanos, la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, Católicas por el Derecho a Decidir, la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos, Equidad de Género, Ciudadanía, Trabajo y Familia, llegaron a Donceles cargando cruces fúnebres con leyendas como aquí asesinan la justicia.

Portaron mantas, pancartas y moños negros para expresar su inconformidad con el nombramiento. ¿A dónde va la sangre de las mujeres asesinadas, la de las humilladas, apaleadas e ignoradas? Se la lleva el Senado ratificando a Arturo Chávez Chávez, se leía en una de las pancartas.

También acusaron que se actuó con ilegalidad porque se viola el artículo 102 constitucional, apartado A, donde se establece, entre otros requisitos, que para ser procurador se requiere gozar de buena reputación y no haber sido condenado por delito doloso.

Al salir Chávez Chávez de la casona de Xicoténcatl, desde lejos le demostraron su rechazo. Al grito de ¡asesino, asesino! un grupo de mujeres trató de alcanzarlo, pero cuando se plantaron en la calle Tacuba el funcionario ya se había ido.

En ese momento apareció el senador priísta Francisco Labastida Ochoa, a quien encararon Julia Klug y Wendy Vega, quienes se manifestaban contra el IVA en alimentos y medicinas. Vega arremetió contra el legislador sinaloense, quien junto con un asistente se encaminó a su camioneta con la sonrisa en el rostro. ¡Maldito!, le gritaron las mujeres, y cuando se abrió la puerta del vehículo una lo empujó. El senador se volvió con el rostro descompuesto y abordó el vehículo.

Cuando se iba, Vega le manoteó frente a la ventanilla cerrada: ¡Bájate, cabrón, bájate! La camioneta arrancó y la mujer rompió en llanto.

Mientras, en Donceles, seguía la protesta contra la ratificación de Chávez Chávez. Allí, las agrupaciones civiles denunciaron los requisitos que el grueso de los senadores tomó en consideración para avalar la propuesta del presidente Calderón: Contar con 10 años o más de impunidad; no tener noción de derecho, sólo documentos; mala reputación; ser sexista y misógino; culpabilizar a las víctimas de su propia violación a derechos humanos; contar con más de cien feminicidios; ser negligente y omiso, así como violentar derechos humanos.

Apenas avalada la designación del nuevo procurador general de la República, la senadora Rosario Ibarra se acercó a las mujeres para expresarles su solidaridad: “Vengo con el estómago revuelto. En serio, me da náusea estar ahí escuchando todos los debates… pero quiero decirles que estoy con ustedes por todo y con todo”.