Los comentarios de la correduría Merrill Lynch en torno al paquete económico de Felipe Calderón manifiestan que el modelo económico será revisado y modificado de fondo, coincidieron los diputados priístas Sebastián Lerdo de Tejada, Canek Vázquez y Sami David.

Para los tres legisladores, el gobierno federal conserva privilegios para un reducido sector de la población, pretende desaparecer lo que queda de la clase media y somete a una presión recesiva, sin precedente, a la mayoría de la población.

Lerdo de Tejada refirió que el diagnóstico de la correduría estadunidense confirma que el gobierno mexicano teme, sin fundamento, recurrir al déficit fiscal; en todo el mundo los gobiernos se endeudan para quitarle presión a la crisis. Nosotros consideramos que sí podemos implementar un déficit moderado y temporal que no afecte al país.

Acusó de incapacidad al gobierno federal para romper los dogmas económicos cuando, en el primer mundo, los especialistas confirman que una recesión de la magnitud actual sólo podrá enfrentarse con el impulso al consumo, que genere empleos y, por añadidura, fomentar la inversión productiva.

Estoy convencido de que en estos momentos no se pueden tomar decisiones ortodoxas; hay que profundizar en las alternativas que generen ingresos suficientes y rechazar la política de gravar al consumidor final; aceptar los impuestos al consumo afectará a la mayoría de la población. ¡Si se aprueba la propuesta de Felipe Calderón seremos testigos de una crisis brutal!

Canek Vázquez también refirió que la posición de Merrill Lynch confirma el fracaso del modelo económico aplicado en las recientes administraciones federales.

Hay muchas razones para oponerse al paquete económico, como manifiesta el análisis de la correduría estadunidense, en especial al impuesto de 2 por ciento. El diseño de la propuesta de Calderón descansa en un modelo económico agotado. El gobierno le apuesta a un esquema de subsidios y de transferencias monetarias, no de crecimiento económico y empleo.

Sami David expuso que al haber salido reprobado por su principal gurú (Merrill Lynch), Felipe Calderón debería entender que el dogma económico sólo ha producido una fábrica de pobres, entre los que se encuentra una cada vez más depauperizada clase media.