Lunes 28 de septiembre de 2009, p. 30
Manila, 27 de septiembre. El saldo tras el paso de la tormenta tropical Ketsana por la capital de Filipinas, Manila, y sus alrededores se elevó este domingo a 144 muertos y 50 desaparecidos, mientras decenas de miles de personas permanecen aisladas a causa de las inundaciones, lo que llevó al gobierno a decretar el estado de emergencia.
La autoridad a cargo de la protección en caso de catástrofes naturales, el NDCC, informó que unas 340 mil personas tuvieron que huir de sus hogares, de las cuales 60 mil fueron alojadas en refugios de emergencia.
En la capital, el nivel del agua creció tan rápido que miles de personas tuvieron que ponerse a salvo sobre los tejados de sus viviendas o subirse a los árboles, incluso al cableado eléctrico, a la espera de los equipos de rescate. La gente se aferraba a postes o lo que podía para no ser arrastrada por la corriente de agua.
Casi 80 por ciento de la ciudad se quedó temporalmente sin suministro eléctrico después de que Ketsana –de nombre local Ondoy–, llegó el sábado al archipiélago. El secretario de Defensa, Gilbert Teodoro, señaló que soldados y voluntarios rescataron al menos a 6 mil personas que pasaron la noche bajo el agua en Manila y las provincias aledañas. Sin embargo, miles de personas siguen atrapadas.
La tormenta, que alcanzó vientos de más de cien kilómetros por hora, trajo a Filipinas las mayores lluvias en 40 años, y en tan sólo nueve horas cayó más agua de lo que cae normalmente en un mes, afirmaron las autoridades.
La presidenta Gloria Macapagal Arroyo, que visitó algunas de las zonas más afectadas, decretó el estado de emergencia, lo que le permitirá liberar dinero adicional para las medidas de rescate.
Una de las zonas más asoladas fue la provincia Riza, al este de Manila. Sólo ahí se ahogaron 66 personas, indicó el gobernador Casimiro Ynares; en la ciudad de Tanay se hallaron 30 cadáveres y en Manila 29.
El gobierno de Estados Unidos ya envió un helicóptero con ayuda y barcas neumáticas, mientras agencias de Naciones Unidas donaron fondos para contribuir a las operaciones.