Gustavo Aceves: pintor profano convocado por el Vaticano
Encuentro librero en el Zócalo
Criminal recorte
asualmente me encontré con Gustavo Aceves la madrugada del 17 de agosto; celebraba su cumpleaños con chelas y tacos al pastor, justo debajo del hotel donde se madrearon al nefasto Fabiruchis. Lo recuerdo, pues ese día mi hijo Emiliano cumplió 17, y por si fuera poca coincidencia, el sabio etnólogo Sergio Raúl Arroyo me había invitado a cenar horas antes a conmemorar, ese mismo lunes, el día de su nacimiento. A partir de ese encuentro he visto a Gustavo varias veces (vive desde hace casi dos meses en un hotel de la Roma, pues su ciudad de residencia es París), casi siempre de noche y en nuestros bares preferidos, como el Covadonga y el Tarragona. Hemos hablado de mujeres, de amores y desamores; me contó que en sus años más desmadrosos vivió en un departamento en la colonia Roma, el mismo donde William Burroughs le hizo de Guillermo Tell y mató a su mujer de una bala perdida
en la cabeza, según asegura. Compartía la renta con el poeta Ricardo Castillo; podrán imaginarse que cada noche desfilaba una fauna etilizada, entre quienes se encontraban intelectuales de renombre hasta los descabellados Infrarrealistas (cuenta Gustavo que uno de estos poetas malditos decidió cagarse justo en su recámara, quizá como fallido acto poético). Pero todo esto no tiene nada que ver con la noticia de esta entrega.
Resulta que en 2008 Gustavo Aceves participó en la Bienal de Pekín con el tríptico Bambú, en el cual reproduce la Declaración de los Derechos del Hombre en caligrafía china. Pues esta pieza había sido merecedora del primer premio, pero las autoridades de ese país consideraron que la obra era agresiva contra el gobierno chino, por lo que le negaron el premio y lo interrogaron durante tres días. Este hecho de intolerancia le valió ser invitado a participar en la próxima Bienal de Venecia en 2011. Aceves será el único mexicano convocado junto con Julian Schnabel, Sandro Chia, Anish Fapoor y Anselm Kiefer, todos, artistas de trayectorias internacionales, tendrán audiencia con el Papa en noviembre próximo, por invitación del Estado Vaticano.
Mientras tanto, durante esta semana se exhibirá de manera privada, en la galería Tráfico de arte, de la intrépida Lucía Muñoz, la exposición Sonata para un buen hombre, la cual reúne una veintena de variantes virtuosas y alucinadas de cristos crucificados. Lo que se recaude de la venta de esta producción, que se realizó en los pasados 20 días, cubrirá los gastos de Gustavo Aceves durante su estancia italiana, en la cual realizará una monumental propuesta urbana para la Bienal de Venecia. Una pregunta del crítico Jorge Juanes queda en el aire para advertir la esencia de Aceves y su próxima aventura vaticana: ¿Cómo encarnar pictórica y simultáneamente lo sagrado y lo profano? Lo único que nos queda claro es que Aceves es un profano y eso es suficiente para seguir siendo amigos sin prejuzgar su reto en Venecia.
Feria del Libro del Zócalo
Este viernes comienza la novena edición de la Feria del Libro del Zócalo, cuyo tema central se sintetiza en una compleja pregunta: ¿Qué pasa en América Latina?
; son muchas las posibles respuestas, lo que es una certeza es que esta feria se mantiene viva a pesar de los descabellados recortes a la cultura. Una vez más habrá un espacio para publicaciones alternativas, y eso hay que celebrarlo.
Criminal, el recorte a cultura
Muy alto será el costo político que pagarán nuestros gobiernos federal y capitalino por los insensibles recortes que han hecho al sector cultural, olvidando el valor que éste tiene para la identidad nacional y el equilibrio social, pero sobre todo como instrumento fundamental de resistencia las crisis económica y política que vivimos. Es un hecho que la inversión cultural es mucho más necesaria y redituable que los cientos de millones desperdiciados en ese barril sin fondo que significa la guerra contra el crimen organizado, por ejemplo. Lo que ocurrió con la compañía Ballet Teatro del Espacio es una muestra de lo que ocurrirá con infinidad de proyectos alternativos, cuya principal fuente de ingresos han sido las instancias culturales gubernamentales, no por su incapacidad de autofinanciamiento, sino porque simplemente son, por naturaleza propuestas (y ese es su sentido), no comerciales.
Tarragona y La Palabreta
Varios son los bares y espacios alternativos que de manera casi heroica han abierto sus puertas a múltiples manifestaciones artísticas, como el bar Tarragona (Álvaro Obregón y Tonalá), donde recientemente se montó una colectiva de grabado con la participación de tres jóvenes artistas oaxaqueños: Soid Pastrana, Demián Flores y Guillermo Olguín… Además, en la única librería de poesía La Palabreta (Córdoba y Álvaro Obregón) se exhiben fotos recientes del artista de origen venezolano Yuri Valecillo… Por cierto que en el Café 22 de la cada día más fresa colonia Condesa, censuraron una expo del atrevido dibujante Eko.