“Para construir el orden democrático de México en materia de libertad religiosa es necesario iniciar un verdadero proceso de reformas a las disposiciones constitucionales en los artículos 3, 24, 27 y 130, con el propósito de restaurar el diálogo moderno y trabajar sin hostilidades ni privilegios –bajo un mismo bien común– entre el Estado laico, la familia y la Iglesia”, aseguró Gustavo Rangel, integrante del Consejo de Analistas Católicos de México.

El también miembro de la Red de Comunicadores, de la diócesis de Teotihuacán agregó que la reforma del Estado demanda mejores propuestas para construir un país moderno y democrático. Es en este marco que el tema de la libertad religiosa en México recobra relevancia y es un pendiente en la agenda de análisis de los nuevos integrantes de la Cámara de Diputados y del Senado, agregó.

El analista consideró que es innegable que el gobierno federal está abierto a los cambios democráticos del país, particularmente los que se relacionan con la libertad religiosa, pues en tal sentido ya se dio un primer paso durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari. No obstante, consideró que ese cambio fue exiguo, pues sólo promovió algunas reformas a los artículos 3 y 130.

Consideró que el artículo 3 se reformó poco, pues las modificaciones se centraron en la libertad de enseñanza en la escuela privada y se permitió a los eclesiásticos impartir clases, pero manteniendo una educación laica. Sobre el artículo 130 precisó que el cambio sólo fue en materia de reconocimiento a las agrupaciones religiosas denominadas iglesias, que a la fecha suman más de 7 mil.

Estimó que pese a todo esto “existen algunos puntos de análisis para legislar en la mesa de reforma constitucional, sobre todo en los artículos 3, 24, 27 y 130.