El Plan de Salvaguarda incluye los componentes de la ceremonia y los sitios donde se practica
El título de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad también obliga a fortalecer la Escuela de Voladores
Para celebrar, mañana se realizarán 23 vuelos simultáneos en varios puntos del país
Domingo 11 de octubre de 2009, p. 2
Uno de los mayores riesgos que enfrentaba la ceremonia ritual de los voladores de Papantla antes de ser declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, es que estaba perdiendo su sentido ritual, se estaba convirtiendo únicamente en un espectáculo de índole comercial.
La declaratoria, gestionada desde 2008 por el Centro de las Artes Indígenas de Cumbre Tajín y los tres niveles de gobierno, implica, en lo inmediato, que la ceremonia, así como sus componentes y los sitios en que se practica, quedan protegidos por un marco jurídico intergubernamental y por la aplicación de una plan de salvaguarda, exigido por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés), que comprende la preservación, difusión y desarrollo del patrimonio cultural.
De esta manera, se garantiza la pervivencia no sólo el momento espectacular que en los voladores descienden dando vueltas alrededor del palo, sino de todos los significados del ritual, que empieza con la elección de los voladores y continúa con el corte, arrastre, bendición y levantamiento del palo.
En conferencia de prensa, representantes de las comunidades donde se practica la ceremonia, hablaron de su experiencia en el largo proceso que concluyó con la declaratoria de la UNESCO, el pasado 30 de septiembre en la cuarta sesión ordinaria del Comité Intergubernamental para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial, en Abu Dhabi.
Aún emocionados por el logro y por las mejoras que en teoría eso supone para sus condiciones de vida, varios integrantes del Consejo de Voladores participaron en el encuentro con los medios. Narciso Hernández contó que la gente joven está perdiendo interés en el ritual y hasta se avergüenza de hablar nuestra lengua
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Leyenda, origen del ritual
Hernández también refirió la leyenda que habla del origen de la ceremonia: hubo una vez una fuerte sequía que causaba muerte y hambre. Un grupo de viejos sabios encontró que la razón de la sequía era que los dioses estaban enojados porque los hombres no eran agradecidos.
Entonces se dieron a la tarea de buscar a cinco jóvenes castos para localizar y cortar el árbol más alto, recio y recto del monte y utilizarlo en un ritual con música y danza. Así, uno de los jóvenes se paraba en la punta del tronco –para estar más cerca de los dioses– y tocaba una flauta mientras los otros cuatro descendían girando alrededor, con el fin de convencer a los dioses para que hicieran llover y la tierra recuperara su fertilidad.
Los jóvenes que descienden representan los cuatro puntos cardinales y los cuatro elementos naturales: agua, tierra, viento y fuego.
Entre las acciones que contempla el Plan de Salvaguarda está el fortalecimiento de la Escuela de Voladores que ya existe y en la cual niños, jóvenes e incluso ancianos aprenden la historia y el significado del ritual, además de que se les imbuye del profundo sentido espiritual que tiene.
Derivado de la declaratoria hay un beneficio adicional relacionado con el medio ambiente, y es la obligación de preservar las especies del árbol utilizado en las ceremonia y que en alguna regiones empezaba a extinguirse.
Para celebrar la declaratoria, el próximo 12 de octubre a las 12 horas se realizarán 23 vuelos simultáneos en todas las comunidades o centros ceremoniales del país donde hay palo volador, en Veracruz, Puebla, San Luis Potosí, en el Parque Takilhsukut, y frente al Museo Nacional de Antropología, en la ciudad de México.
Salomón Bazbaz Lapidus, coordinador del expediente presentado ante la UNESCO, explicó en la conferencia que tienen conocimiento de la existencia de 600 voladores en activo, varios pertenecientes a comunidades de Guatemala, Honduras y Nicaragua. Cabe señalar que la declaratoria abarca a todos.
Aprehender la tradición
Sin embargo –aseguró Bazbaz–, a raíz de que se dio la declaratoria, otros practicantes se han aproximado al Consejo de Voladores, de tal forma que el número podría llegar a mil.
Cruz Ramírez Vega, director de la Escuela de Voladores, explicó que no hay un tiempo determinado para aprender a volar y todo lo que implica, porque la enseñanza va mucho más allá de la técnica para el descenso. No es como ir a la secundaria; se aprende el amarre, a aventarse, el corte del palo, a subir y bajar el equipo, pero también el significado espiritual.
Está por egresar la primera generación de la Escuela de Voladores, que ha permanecido cuatro años en el plantel, pero Ramírez Vega remarca: Tengo 30 años como volador y aún me falta por aprender
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A la conferencia asistió Niklaz Schulze, representante de la oficina de la UNESCO en México, quien enumeró los fundamentos que dieron lugar a la declaratoria.