l dolor de la SIP: Pocos fueron los diarios latinoamericanos que no dieron importancia al voto en el Senado argentino que ratificó la decisión de la Cámara baja y aprobó la Ley de Servicios Audiovisuales (llamada, por comodidad, Ley de Medios). La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) se encargó de llenar de gacetillas las redacciones y la ley en cuestión pasó, en los títulos de nuestro continente, a ser unánimemente polémica
aunque es, probablemente, la más democrática hasta ahora aprobada en esos suelos. La lista de los diarios que informan al respecto con el sesgo SIP es larga y, entre otros, va desde los paraguayos ABC y Última Hora, los uruguayos El País y República, los chilenos El Mercurio y La Tercera hasta todos los diarios argentinos. Entre éstos se destaca Clarín, el principal afectado que titula El kirchnerismo aprobó la ley que da al gobierno el poder sobre los medios
. Es lógico: cuatro grandes grupos oligopólicos controlan 83 por ciento de los medios y, con la nueva ley, sólo 33 por ciento de los medios audiovisuales estará en manos de todas las empresas privadas, otro 33 en las del Estado y 33 restante en las de comunidades indígenas, sindicatos, ONG, iglesias, etcétera. Clarín, que perdió ya un negocio de 4 mil millones de dólares (la transmisión televisiva del fútbol) deberá vender decenas de radios, operadoras de cable, televisoras locales y la derecha del país perderá su monopolio en la formación de opinión. Otra cosa: la bancada oficialista (que no es sólo kirchnerista) logró sumar votos opositores (radicales, socialistas, de centroizquierda) porque la nueva ley deroga la anterior, de la dictadura militar y de Menem, y democratiza los medios.
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El misterio de un Premio Nobel de la Paz: Casi todos los diarios latinoamericanos expresan sus dudas por el Premio Nobel de la Paz a Barack Obama. Un ejemplo es Página12, que habla de un mundo tan atónito
como el entorno del propio Obama. No faltan quienes, en los medios de izquierda, destacan que la noticia llegó el mismo día en que el Congreso estadunidense aprobó el pedido de Obama de envío de más soldados a Afganistán. Pero no hay ningún misterio en esta misteriosa
elección del jurado sueco: Suecia es un país situado junto al Báltico, frente a Polonia y al lado de Rusia, y la eliminación –por Obama– de las amenazas nucleares contra Moscú que Bush había instalado en los países vecinos a Rusia quita a Suecia una amenaza terrible. Todo lo demás, para los suecos (desde el problema iraní hasta la reducción de armamentos nucleares o los esfuerzos de Piedad Córdoba en Colombia) es secundario.