Reformas estructurales y más diálogo con actores políticos y sociales, proponen
Comisiones del Senado determinan hoy quiénes pasarán a la segunda etapa de selección
Lunes 12 de octubre de 2009, p. 22
Cuatro aspirantes a dirigir la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) hablan respecto de sus propuestas y diagnósticos en torno a la institución que buscan presidir.
Los entrevistados coinciden en destacar la necesidad de acercar a la institución con la sociedad para que recobre credibilidad, plantean reformas estructurales, y, sobre todo, insisten en que es preciso más diálogo con todos los actores sociales y políticos.
Hoy se reúnen las comisiones de Derechos Humanos, Justicia, y Estudios Legislativos Primera del Senado para verificar cuántos de los 34 aspirantes a presidir la CNDH cumplen con los requisitos que se plantearon para la inscripción y pasar así a la segunda fase del proceso.
Se solicitó una entrevista con Javier Moctezuma Barragán, actual secretario ejecutivo de la comisión, pero no respondió. Su oficina sólo informó que tuvo que salir de la ciudad y hubo una confusión con la agenda
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A continuación se presentan algunas definiciones de los aspirantes
Mauricio Farah Gebara, ex quinto visitador general de la CNDH, se pronunció por fortalecer el diálogo y modernizar la comisión.
–¿Qué opina de la labor actual de la comisión?
–Nos falta fortalecer el diálogo con diversos actores políticos e instancias. La CNDH tiene que entrar a un proceso de modernización administrativa y operativa para que las quejas sean resueltas de manera rápida y sea comentado con las víctimas todo el desarrollo del proceso. Eso es fundamental.
–¿Cuáles son los retos para el organismo?
–En 19 años se ha convertido en la institución más importante de su tipo en América Latina, y ahora es necesario que se emprenda una modernización para fortalecer su capacidad de acción y respuesta frente a la necesidad de consolidar la protección y defensa de los derechos humanos. Para ello es importante que mantenga interlocución con todos los actores sociales, políticos, académicos y los tres niveles de gobierno, orientando su desempeño con visión de Estado.
–¿Cuál es la situación actual de esas garantías en el país?
–Es compleja y grave, debido a las condiciones estructurales, pues el estado de derecho sigue siendo una aspiración. La impunidad y la corrupción se entretejen en el entramado gubernamental y social. Además, es muy débil e insuficiente el arraigo de la cultura de respeto a los derechos humanos.
Los poderes fácticos buscan obtener espacios más amplios para cooptar a las instituciones, y los derechos humanos enfrentan el desafío del narcotráfico, el crimen organizado y las delincuencias organizada y común, que han generado un estado de violencia en todo el territorio.
El general Francisco Gallardo, preso ocho años por criticar violaciones a los derechos humanos por el Ejército
y quien fue liberado por la presión internacional pero la Secretaría de la Defensa Nacional le retiró el grado, dice que los retos son apartarse de los vaivenes políticos y poner como eje central de la CNDH las quejas de los ciudadanos.
–¿Qué opina de la labor actual del organismo?
–Me sumo a las voces de las diferentes organizaciones civiles que denuncian que el actual ombudsman nacional, José Luis Soberanes Fernández, ha descuidado la protección de las garantías básicas porque se ha dedicado a buscar ser propuesto por el Ejecutivo como ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Soberanes Fernández no cumplió con la misión que tenía.
–¿Cuáles son los desafíos para la institución?
–Primero, lograr una auténtica autonomía que fortalezca la decisión de buscar la tutela de los derechos humanos de todos los mexicanos y apartarse de los vaivenes políticos. Segundo, poner como eje central las quejas de los ciudadanos, lo cual es, precisamente, por lo que se crean ese tipo de comisiones. Tiene que buscarse una homologación de toda la legislación en la materia con los tratados internacionales que México ha suscrito históricamente.
Hay que apartarse de los vaivenes políticos: Francisco GallardoFoto José Carlo González
La comisión ha sido de claroscuros, opina Luis Raúl GonzálezFoto José Carlo González
Grave, la situación de los derechos en el país: Mauricio FarahFoto José Carlo González
Siguen prácticas que se consideraban desterradas, afirma Raúl PlascenciaFoto G. Sologuren
La CNDH tiene que enfrentar al poder. Ésa es una de sus misiones, en defensa de la ciudadanía, y tiene que abogar por que el Ejército regrese a los cuarteles y tengamos una policía profesional.
–¿Cuál es la situación actual de los derechos humanos en México?
–Hay una regresión en el tema. Nunca habíamos visto en el país cerca de 20 mil ejecuciones extrajudiciales en dos años. Nunca habíamos visto que hubiera 200 mil desertores en el Ejército.
Luis Raúl González Pérez, abogado general de la UNAM con licencia, afirma que en ocasiones el ombudsman se ha alejado de la congruencia. Hacen falta reformas estructurales y acercar a la CNDH a la sociedad.
–¿Qué opina del trabajo de la comisión?
–La institución ha sido de claroscuros, en ocasiones con una actuación que se alejó de la congruencia. Eso ha provocado que no haya unanimidad en la credibilidad y confianza de la sociedad en la CNDH. Para cumplir su función debe tener, por un lado, una labor comprometida consigo misma, con la sociedad y con el Estado mexicano. Por otro, una visión integral de los problemas.
–¿Cuáles son los retos que enfrenta?
–Sin duda, el mayor es lograr que sea coadyuvante para alcanzar el Estado humanista del siglo XXI. Para ello es menester que existan políticas públicas específicas ante las crisis que se viven en diferentes ámbitos de la vida nacional, entre ellas seguridad pública y falta de credibilidad en las instituciones. Se tienen retos de considerable envergadura, que exigen de su titular tener visión, conocimiento y experiencia integral de la institución y la problemática del país, así como poseer liderazgo para encabezar las grandes tareas a realizar.
–¿Cuál es el estado actual de esas garantías en el país?
–Es indudable que ha habido avances, pero también quedan muchos pendientes, entre ellos los temas relacionados con violaciones a los derechos humanos de alcance personal (tortura, privación ilegal de la libertad, dilación procedimental y debido proceso, entre otros). Ahora se ha venido a sumar el de trata de personas.
Raúl Plascencia Villanueva, primer visitador de la CNDH, consideró que se necesitan restructuras y replanteamientos para fortalecer al organismo.
–¿Qué opina de la labor de la CNDH?
–Ha sido parte de un proceso muy intenso de evolución a partir de 1999, cuando se estableció su autonomía. Sin duda falta mucho por hacer. En esta última década, en que la comisión gozó de autonomía, el concepto se ha extendido.
“Hay que pensar en una reforma para dar mayor fortaleza a su labor. Existe la necesidad de hacer una serie de restructuras y replantear sus actuaciones para que no se pierdan esfuerzos importantes, como las investigaciones sobre homicidios y desapariciones de mujeres en Ciudad Juárez, y el siniestro de la guardería ABC de Hermosillo, Sonora.
–Cuáles son los desafíos para el organismo?
–Hoy por hoy, son múltiples los problemas. Podríamos mencionar que deben enfrentarse a partir de una suma de esfuerzos, buena voluntad y haciendo sinergia con la sociedad civil, actores políticos y los tres órdenes de gobierno.
–¿Cuál es la situación actual de los derechos humanos en el país?
–Hay avances, pero aún falta mucho camino por recorrer. Número uno, falta cultura. Si bien es cierto que el concepto se ha extendido, falta trabajar más con la sociedad. Todavía continúan muchas prácticas que se consideraban desterradas, como la tortura y la discriminación, Falta atención a migrantes, mujeres y discapacitados, entre otros grupos. Debemos trabajar por el fortalecimiento institucional.