Antes de la terapia el enfermo es anestesiado; mito, las escenas de sufrimiento y convulsiones
Experto: el tratamiento es aplicado mensualmente a unos cuatro afectados
Lunes 12 de octubre de 2009, p. 42
Lejos del mito que existe en torno a las terapias electroconvulsivas, mejor conocidas como electroshock, las investigaciones científicas han comprobado su eficacia en el tratamiento de personas con enfermedades mentales, en situaciones específicas. Por ello, en el hospital Siquiátrico Fray Bernardino Álvarez existe un cubículo destinado a este fin.
José Ibarreche, médico adscrito a la Unidad Médico Quirúrgica de Atención Siquiátrica del nosocomio, señaló que se proporcionan dichas terapias a entre tres y cuatro pacientes al mes, con muy buenos resultados.
Generalmente el procedimiento se realiza en individuos esquizofrénicos resistentes (que no responden favorablemente a los medicamentos), o si después de varios de años de tratamiento farmacológico reaparecen los síntomas de su enfermedad. También se aplica en casos de reacción secundaria a las medicinas.
En entrevista, el especialista señaló que la terapia electroconvulsiva es ideal en embarazadas que padecen depresión, pues en esos casos no se pueden prescribir sicofármacos como medida para proteger al bebé.
El cubículo se localiza en la Unidad Médico-Quirúrgica de atención siquiátrica del Fray Bernardino. En esta área son recibidos los pacientes con algún trastorno mental y un padecimiento agregado, como descompensación diabética o hipertensiva, explicó Ibarreche.
Otros casos son los individuos que además de su enfermedad mental tienen síndrome de abstinencia alcohólica y/o drogas de abuso. También llegan los casos graves de depresión con intentos suicidas, quienes por el riesgo de que insistan en atentar contra su vida requieren de vigilancia 24 horas al día. La unidad cuenta con 12 camas, un cuarto aislado y un sistema de vigilancia con video.
Respecto de la terapia electroconvulsiva, el médico detalló que en su utilización se sigue un protocolo, el cual se inicia con la valoración de médicos de diversas especialidades, entre otros, internista, odontólogo y cardiólogo. Con los dictámenes de cada experto se determina si existe o no alguna contraindicación para el tratamiento.
Para este procedimiento se anestesia el paciente y se le administran medicamentos de relajación muscular, de tal manera que ni siquiera se da cuenta
cuando recibe la terapia. Esto evita la parte mítica de sesiones aparatosas donde las personas sufren y se convulsionan
, aseguró Ibarreche.
Actualmente, la descarga eléctrica que recibe el cerebro no se ve físicamente. Se registra mediante un equipo de electroencefalografía. Ahí vemos cuando se inicia y termina la crisis
.
El avance de la ciencia y la tecnología ha permitido que la terapia electroconvulsiva permanezca. Cada vez es menos frecuente, pero si es necesaria para beneficio de los enfermos se debe realizar, indicó.
Al respecto, Carlos Castañeda González, director del Fray Bernardino, recordó que los trastornos mentales propiciaron el desarrollo de las neurociencias, cuando se descubrió la relación que tenían con alteraciones moleculares a nivel del sistema nervioso central.
De ahí el desarrollo de una gama de medicamentos que en la actualidad permiten la plena reinserción social de los afectados, incluso de aquellos que durante largos años permanecieron recluidos en hospitales.
El funcionario mencionó que el sistema nacional de salud ha ido avanzando en la reducción del sistema asilar, aunque reconoció las dificultades por la falta de apoyo social, necesario en la rehabilitación de pacientes. Todavía se ven casos en que la familia busca todas las formas para deshacerse
de los afectados, dijo.