Los lectores se alejan de los libros por otras formas de entretenimiento: Aline Petterson
Miércoles 14 de octubre de 2009, p. 8
¿Cómo se modifica la escritura en tiempos de crisis?, fue la temática en torno a la que reflexionaron la poeta Dolores Castro y las escritoras Aline Petterson y Mónica Lavín, en el contexto de la novena Feria Internacional del Libro del Zócalo.
Para Castro se conjugan dos aspectos: la acción y la inacción. En tiempos de crisis las únicas armas de los escritores son las palabras, como testimonio esencial de la realidad palpitante, pues el escritor no debe evadirse de la realidad, ni de la crisis. Debe contribuir a su solución mediante la reflexión
, apuntó la poeta.
Tras recordar los ensayos de José Vasconcelos titulados Libros que leo sentado y Libros que leo de pie, Dolores Castro resaltó la importancia de no olvidar la realidad, tampoco el sueño, la imaginación. Lamentó que la debacle que vivimos se presenta como la de mayor peligro
y que la indiferencia en la que viven muchas personas dentro de esa crisis es también una indiferencia a la lectura
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En su oportunidad, Petterson señaló que en momentos de crisis muchas veces brillan más las ideas. “El ser humano se detiene a pensar para que la situación se supere. Sin embargo, remontar la crisis no es una cuestión individual; requiere de un trabajo colectivo, largo y constante.
“Desde un punto de vista literario, la escritura debe profundizar en el conocimiento de la condición humana –continuó la también investigadora y docente–, y como seres humanos somos seres políticos, lo que nos orilla a tener determinadas opiniones.
“De manera personal –dijo Petterson–, cuando las cosas se ponen álgidas, me dedico entonces a escribir artículos periodísticos sobre aquello que me indigna.”
Luego de hacer una breve reseña de las épocas y las problemáticas para publicar a las que se han tenido que enfrentar las escritoras y cómo esa situación fue cambiando, Petterson señaló que la crisis afecta por igual a hombres y mujeres.
Asimismo destacó que la disminución de apoyos ha generado sobre todo una crisis de lectores, los cuales se han ido desvaneciendo, se han ido alejando de los libros por otras formas de entretenimiento
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Mónica Lavín explicó, entre otras cuestiones, cómo es que “las crisis sin duda ponen a prueba la imaginación, nuestra capacidad de sobrevivir.
“No es que sea deseable estar en crisis, pero, ¿cómo salir airosos de una crisis? –se preguntó Lavín–: con imaginación en todos los ámbitos sociales y familiares. En términos literarios, imaginación para instrumentar círculos de lectura para leer, prestar, hablar de libros.
“La crisis –dijo la escritora– ayuda a ver lo pequeño. Un ejemplo de ello es acercarse a una parte del trabajo literario de Chejov, el escritor ruso, quien sabía poner la atención en sus cuentos en las cosas pequeñas para a través de ellas ver lo grande.”
Las crisis, concluyó Mónica Lavín, pueden servir de acicate para la producción, pueden ser un estímulo para idear formas de relacionarse con los libros, sea de manera familiar, por parejas o géneros, círculos de lectura para niños, adolescentes o mujeres
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