Tras la inclusión del gol y el rugby en el programa olímpico de los Juegos de Río de Janeiro 2016, las respectivas federaciones mexicanas tienen distintas perspectivas. El golf se mantiene como una disciplina elitista con una estructura de formación desde la niñez y la esperanza de medalla depositada en Lorena Ochoa, mientras el rugby, más que resultados, apunta hacia un desarrollo deportivo, a introducirse en las escuelas como la posibilidad de juego limpio, que es su principio, con el que se abata la drogadicción, la obesidad y se estimule el trabajo en equipo.

Son dos deportes que van a crecer en el mundo, porque las disciplinas de justas veraniegas generan más interés, de eso estoy seguro manifestó Felipe Muñoz Kapamas, titular del Comité Olímpico Mexicano, al dar la bienvenida pública a las dos ramas integrantes del organismo, aunque el golf aún no está incluido en los Juegos Centroamericanos ni Panamericanos.

Miguel Carner, presidente de la Federación Mexicana de Rugby, destacó los alcances que podría lograr este deporte en el país, pues luego de la creación del organismo, en 1972, entonces como unión, años más tarde estuvo a punto de desaparecer.

Contaba con escasos 120 practicantes, pero se organizó como deporte federado con una buena estrategia de organización y actualmente cuenta con unos 2 mil 500 jugadores en las diversas categorías, principalmente en Monterrey, Cancún, Veracruz, Puebla, Guanajuato, Colima, Chihuahua, Coahuila y Michoacán.

Juego de origen británico que explota en el siglo XIX como disciplina del futbol, el rugby en realidad retorna al olimpismo moderno, del que es pionero, donde sólo estuvo en tres ediciones y salió en 1928.

El futbol es un juego de caballeros jugado por villanos y el rugby es un juego de villanos jugado por caballeros, reza un antiguo refrán británico acerca de la disciplina, cuyos principios se basan en el respeto y el trabajo en equipo, entre otras cosas, por lo que no caben reclamaciones a los árbitros ni celebraciones individuales de goles.

El desarrollo de verdad se hace desde la niñez, por eso la masificación del deporte en las escuelas es lo principal. Más allá de las medallas olímpicas, de los campeonatos, de los triunfos, el verdadero triunfo es tener a los infantes y a la juventud haciendo deporte, asentó Carner.

No obstante, considera que siete años son poco tiempo para pensar en la posibilidad de aparecer en Río de Janeiro 2016 como potencia.

El rugby, afirmó el federativo, es un deporte ideal para practicarse en escuelas, sobre todo en la modalidad sin contacto físico, similar al tocho-banderas del futbol americano, lo que permite desarrollar la técnica sin riesgo de lesiones, además de que es un deporte que demanda habilidad y velocidad.

Por eso, el entrenador de velocidad, Raúl Barreda, ha sido el responsable de trabajar esa parte con las selecciones que desde hace algunos meses se preparan en el Centro Deportivo Olímpico Mexicano, adonde esta tarde asistirá un grupo de jovencitas de la UNAM que practican el tochito-bandera, para probar sus posibilidades como rugbystas.