Existe una situación muy difícil y el gobierno tiene que luchar por cambiarla, señala
El problema principal en el país es la pobreza, al igual que en la ciudad, reitera
Batres alerta sobre afectaciones por cambio en la composición de alimentos
El GDF rechaza los transgénicos
Sábado 17 de octubre de 2009, p. 30
En el Día Mundial para la Erradicación de la Pobreza, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, cuestionó a quienes en su momento criticaron su decisión de instalar comedores populares porque decían que en esta ciudad nadie muere por no comer
, pero la realidad es que hay hambre y desempleo
.
Al visitar el comedor popular de la colonia Pedregal de Santo Domingo, en la delegación Coyoacán, el mandatario capitalino dijo que hay una situación muy difícil y el gobierno de la ciudad tiene que luchar por cambiar esa situación con los programas sociales. Resaltó que hay en la ciudad 300 comedores populares donde la gente paga solamente 10 pesos por una comida, cuando en una fonda tendría que gastar entre 40 y 50 pesos.
Antes, al encabezar otro acto en el parque Huayamilpas, también de Coyoacán, recordó que al presentar el programa de Derechos Humanos dijo que el problema número uno del país es la pobreza y en la ciudad también lo es. Hablamos de 19 millones de personas en México que hoy día no les alcanza para comer. Son cifras incluso reconocidas oficialmente por todas las instancias de gobierno. Ese es el principal problema que tenemos que resolver
, indicó.
En este contexto, el secretario de Desarrollo Social, Martí Batres Guadarrama, instaló también el foro Por el derecho a la alimentación, en el templo de Corpus Christi, donde advirtió que el cambio en la composición de los alimentos que consume la población genera una dinámica epidemiológica distinta en la que enfermedades como el cáncer cervicouterino, la osteoporosos y la diabetes son hoy los tres principales padecimientos de las mujeres.
De allí, agregó, la preocupación y el rechazo del gobierno de la ciudad a los transgénicos, que tiene de trasfondo las grandes presiones de poderes económicos, como la empresa Monsanto, y que de ceder, tendría no sólo repercusiones en la calidad de los alimentos, sino en una concentración monopólica sobre los mismos productos.
Recordó que el gobierno federal desmanteló los mecanismos de regulación de precios de los alimentos, al suprimir Conasupo y otras corporaciones asociadas como Miconsa y Triconsa. Posteriormente, con la apertura comercial, el país prácticamente cedió su autosuficiencia alimentaria.
Resultado de esto, agregó, en 2007 el país no fue capaz de contener el encarecimiento del precio de la tortilla, asociado a los cambios en los patrones de consumo de países como India y China, y de grandes extensiones de cultivos destinados a la producción de biocombustibles, lo que obligó al gobierno de la ciudad a intervenir con el programa de tortilla a bajo costo, lo que permitió que durante ese periodo de crisis, el Distrito Federal fue la entidad del país que mantuvo el precio más bajo del producto.