El presidente Felipe Calderón aseguró que por las deficiencias de Luz y Fuerza del Centro (LFC) dejaron de generarse 100 mil empleos en el centro del país, pero afirmó que, más pronto que tarde se crearán muchos más puestos de trabajo que los 44 mil eliminados en la paraestatal.

Al justificar nuevamente su decreto de cierre de la paraestatal, señaló que la economía del país no creció entre 0.5 y uno por ciento del producto interno bruto debido a las fallas en el suministro eléctrico; además, su gobierno le destinaba un subsidio equivalente al doble del presupuesto de la Secretaría de la Defensa Nacional.

En la comida por el aniversario 75 de Nacional Financiera (Nafin), su director, Héctor Rangel Domene, calificó de valiente e histórica la decisión de liquidar LFC, porque traerá ahorros a la administración pública y permitirá mejorar las condiciones para la inversión privada en la zona centro del país.

Enhorabuena, señor Presidente, afirmó el ex dirigente de la Asociación de Banqueros de México. Los asistentes aplaudieron de pie.

Un día después de que decenas de miles de trabajadores del SME y de otros sindicatos marcharon en protesta por la orden de liquidar la empresa, Calderón Hinojosa responsabilizó a LFC de que cientos de empresas no se hubieran instalado en el centro del país y que prefirieran irse a otras regiones o, peor aún, a otros países, donde tuviesen la garantía de un suministro confiable y eficiente.

Se quejó de que su gobierno le asignaba año con año subsidios crecientes; que este 2009 se tradujo en 42 mil millones de pesos, es decir, el presupuesto de varios estados de la República.

Desde la perspectiva de Calderón, lo más grave es que LFC tenía un impacto negativo en la economía nacional.

Frente a empleados de Nafin, expuso que las deficiencias en el servicio de energía eléctrica, los cortes, los cambios de voltaje y, sobre todo, la falta de capacidad para ampliar el suministro eran un obstáculo para el crecimiento, el desarrollo económico y la generación de empleos en esta zona del país.

El Presidente, ayer ante empleados de Nafin, que celebró 75 años, en la sede de la institución, en el sur de la ciudad de MéxicoFoto Francisco Olvera

Para ilustrar dichas pérdidas económicas, señaló que sumaban casi mil megavatios –monto equivalente a 10 por ciento de la capacidad de distribución de esta zona– las solicitudes de empresas por servicio de electricidad en el valle de México y en los estados de la zona sin ser atendidas.

Mil megavatios que, conservadoramente, si lo equiparamos al consumo de electricidad de la industria o el comercio, estamos hablando de que por falta de conexión eléctrica se habrían dejado de generar más de 100 mil empleos en la zona centro del país, aseguró.

En su renovada crítica a la paraestatal, señaló que los usuarios domésticos e industriales tenían que esperar casi cuatro veces más de tiempo para conectarse que los de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y eso sin considerar las abrumadoras diferencias que tenían en relación con los parámetros internacionales.

Expuso, por ejemplo, que las cadenas de autoservicio del valle de México han tenido que invertir en los últimos años un promedio de 400 millones de pesos para suplir las faltas de servicio, los cambios de voltaje y las deficiencias en el suministro.

En más cifras sobre los supuestos daños económicos que ocasionaba la paraestatal, dijo que el tiempo de las interrupciones de luz en el área era tres veces mayor a lo que se presenta en el resto del país, que atiende la CFE.

Carstens revira a críticos

En tanto, Agustín Carstens, secretario de Hacienda y Crédito Público, señaló que se equivocan quienes consideran que el paquete económico para 2010 –que incluye el cobro de un impuesto de 2 por ciento– es recesivo, porque está diseñado para dar base sólida al crecimiento.

Señaló que no hay peor enemigo del crecimiento y no hay peor veneno para la generación de empleos que un entorno de inestabilidad. Aseguró que los recursos que se destinarán a los problemas contra la pobreza no servirán para paliar las carencias, sino para que las familias la superen.