egún sus amigos, el licenciado Ernesto Cordero Arroyo, quien cobra como secretario de Desarrollo Social, es una persona inteligente, muy preparada y gran político, y por todo eso puede ser el candidato del Partido Acción Nacional en las elecciones presidenciales de 2012. Hace unos días llamó a la solidaridad de todos los mexicanos para que apoyen a las familias que más lo necesitan. Reveló que todos los mexicanos están enfrentando momentos difíciles por la crisis económica que afecta al mundo
y que “hay familias que la viven con más crudeza; en donde se están tomando decisiones muy importantes como saltarse una comida al día; en lugar de tres veces, comer dos, o que alguno de los niños deje la escuela para trabajar, y les aseguro que no exagero: eso sucede en muchas familias pobres en México…”
La solidaridad de todos los mexicanos, considera dicho funcionario, debe incluir, sin falta, la aprobación del paquete económico que el licenciado Calderón envió al Congreso de la Unión y que contiene como punto clave la creación de un impuesto especial de 2 por ciento para ayudar a los pobres. De no hacerlo, los legisladores serán culpables de que esos pobres no coman tres veces al día y sus hijos dejen la escuela para trabajar. De aprobarse ese paquete, aseguran los analistas políticos, el licenciado Cordero tendría a su disposición dinero para que los pobres coman ahora sí mucho mejor y sus hijos sigan estudiando tan bien como ahora. Y algo no menos importante: al lograr lo anterior, el licenciado Cordero Arroyo volcará la simpatía de todos los mexicanos en favor de su candidatura en 2012.
De la lógica preparatoriana que encierra el llamado del secretario da cuenta Carlos Monsiváis en su Por Mi Madre Bohemios (Proceso, 4/10/09). Sin embargo, además de rescatar el descubrimiento que hace el licenciado Cordero Arroyo de que en México los pobres se dan por generación espontánea (no por el modelo económico vigente ni la mala distribución del ingreso y la riqueza, en poder cada vez más de quienes sí comen hasta más de tres veces al día y envían a sus hijos a los colegios de paga), hay que mirar la otra cara de la moneda.
Así, por comer en demasía (y lo que hace daño), en México existen millones de obesos que pesan hasta el doble de lo saludable. La obesidad acorta el número de años que puede vivir una persona y causa numerosas enfermedades graves. Destacan las del riñón y el hígado, diversos tipos de cáncer y el infarto al miocardio. El cuadro general de enfermedades por la gordura aumenta entre nosotros peligrosamente. A esto se responde desde el sector público con campañas mediáticas que alertan sobre los problemas que ocasiona la obesidad y la necesidad de llevar una dieta balanceada, hacer ejercicio, evitar el sedentarismo. Pero ¿cómo pedir alimentación adecuada a los millones de pobres que existen en el país, si ya viven a dieta, forzada, porque sus ingresos apenas les alcanzan para comer? En contraste, muchos ricos están gordos porque se alimentan muy mal.
Agreguemos otro factor causante de la obesidad insuficientemente atacado por las autoridades, posiblemente porque no quieren molestar a su mejor aliado. Estudios recientes muestran que los niños en Europa y Estados Unidos son bombardeados a través de la televisión privada con anuncios de comida que hace daño, hipercalórica, con altas dosis de azúcares y grasas, un enorme pastel que conduce al sobrepeso. En México ocurre igual y no hay control sobre la publicidad engañosa de las empresas que elaboran comida chatarra y refrescos, y no tienen empacho en recomendar al final de sus anuncios cuán provechoso es consumir frutas y verduras. Dado que los niños pasan cada vez más tiempo al frente de la tele y los videojuegos es fácil adivinar lo que está pasando con su salud. Máxime que, como los adultos, no hacen caso del llamado del licenciado Calderón para hacer ejercicio diariamente y evitar así el sedentarismo, porque hace daño.
Así las cosas, no se sorprenda, lector, si el lema de campaña del licenciado Cordero Arroyo rumbo a Los Pinos sea: Por un México a dieta, ya dos comidas al día son un exceso
.